Por qué puedes sentirte atraída sexualmente por alguien a quien odias

A veces es posible que odies y sientas atracción por una misma persona, sin embargo, esto podría ser un claro indicativo de algún trauma sin resolver

Le odias profundamente, te irrita ver su prepotencia, sus aires de grandeza y su sonrisa estúpida, pero dentro de ti te mueres por ganas de comerle la boquita y hacer cositas locas. La sensación es superior a ti y, aunque intentas controlarla y racionalizarla, eres incapaz de entenderte. Aunque parezca difícil de entender, el sentimiento de atracción sexual puede verse entremezclado con el odio porque, como suele decirse, “del amor al odio hay un paso” y, a veces, ni eso. 

Pero, ¿de dónde surge esta disonancia cognitiva?¿como es posible? Según el especialista consultado por Psychology Today,  Sean Grover, el origen de esta aparente contradicción suele estar en las relaciones de tu infancia, sobre todo en el contexto familiar, de amistades o afectivas. Cuando alguna de estas experiencias ha sido especialmente traumática, es posible que desarrolles una transferencia de sentimientos, es decir, que transfieras lo que sentiste en aquel momento a la persona que instintivamente te recuerde ese trauma. 

El problema es que esta transferencia de sentimientos también puede producirse con alguien que te atraiga sexualmente y esto suele ser el activador de una tensión todavía mayor y que, en ocasiones, resulta muy difícil de gestionar debido a que la contrariedad de lo que sientes y lo que piensas te pone en un dilema moral y te hace sufrir. En la revista especializada en psicología, Grover señala algunos factores que en su opinión pueden provocar este tipo de situaciones y que son más comunes de lo que se piensa.

Uno de los traumas más comunes que suelen experimentar niños y niñas es el rechazo. El temor al rechazo es tan potente que, en ocasiones, las personas que han sufrido el rechazo en su infancia ejercen una especie de rechazo preventivo. Es decir, rechazan a las personas que les atraen sexualmente para protegerse y evitar que una eventual negativa a mantener relaciones acabe por profundizar en su herida. 

Como es evidente, ese pánico al rechazo va inminentemente unido a un sentimiento de inseguridad y baja autoestima que, además, se redondea con una extremada desconfianza respecto a esas personas que te recuerdan tu vulnerabilidad al generarte una atracción que no controlas. Sin embargo, como recuerda el especialista, en ocasiones,la atracción hacia la otra persona es tan fuerte que consigue que las reticencias se rompan y se acabe entrando en una relación de lo más tóxica.

Para evitar esta situación a toda costa, algunas de las personas que han desarrollado el odio/atracción aplicarán a toda costa la autojustificación de que las personas atractivas son arrogantes o tienen aires de superioridad. Eso fuerza todavía más el odio que se siente y, en teoría, mantiene la atracción sexual al margen y se consigue superar el mayor de los miedos de estas personas: volver a sufrir. El problema es que rechazar a la gente que te atrae por sistema puede conllevar a que te resulte imposible desarrollar relaciones sanas y, probablemente, implique la soledad.

En resumen, si sientes una atracción sexual fuerte por alguien que odias, es posible que el origen esté escondido en algún trauma de la infancia y que esta persona te esté removiendo algo de lo que no eras consciente o no querías admitir. Sin embargo, tampoco habría que descartar que se trate de alguien realmente sexy pero inaguantable, aunque en este caso la atracción debería desaparecer por sí sola. Finalmente, si notas que eres incapaz de controlarlo, quizá sea un buen momento para buscar apoyo profesional.