¿Por qué dormir poco daña nuestro cerebro?

Nuevos estudios apuntan una posible relación entre la mala calidad del sueño y la salud celular

Otra de las consecuencias del cambio climático y las altas temperaturas son las horas de sueño que perdemos en las noches calurosas de verano. Sudamos, dejamos las sábanas empapadas y nunca encontramos la posición definitiva. Y, lxs que ya de por sí les cuesta dormir y padecen insomnio, empiezan a dar vueltas a todo y la cabeza les va a mil. Cada vez se ponen más nerviosxs y cada vez están más lejos de dormirse.

Además, lo que hemos experimentado todxs: cuando no dormimos lo suficientemente bien y las horas necesarias, estamos aturdidxs y nos paseamos por la vida como un zombi o como si estuviéramos de resaca. Estamos más irritables y afecta a nuestro estado de ánimo. ¿Eso se puede reparar con una buena siesta o un par de noches de buen dormir?

Algunas voces principalmente la sabiduría popular y los pseudocientíficos, apuntaban que sí que existían los sueños reparadores. No obstante, un nuevo artículo que recoge el New York Times de la prestigiosa revista científica Trends in Neurosciences lo contradice y, después de analizar durante décadas los efectos neuronales de la privación del sueño en animales y personas, concluye que es muy probable que a la larga se produzca daños cerebrales importantes y aumente el riesgo de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer o el Parkinson.

Los científicos vieron que si dejaban que los animales estuvieran dos horas más de lo habitual durmiendo cada día esto afectaba de forma especial y positiva en dos partes del cerebroel locus coerelus, el núcleo que gestiona los sentimientos de vigilancia y excitación; y el hipocampo, una zona que tiene un papel fundamental en la formación de la memoria y el aprendizaje.

En el caso de los ratones, la privación del sueño les puede llegar a provocar la muerte, pero en personas, actualmente, no hay ningún mecanismo ético para medir el grado y el tipo de daño celular que provoca la falta de sueño. Además, es complicado establecer vínculos entre el comportamiento animal y el humano, ya que los ratones no engañan: cuando han dormido poco, se les nota y se puede comprobar fisiológicamente. Pero la percepción de las personas a menudo es equivocada, y cuando pensamos que hemos dormido bien y nos encontramos bien, puede ser que realmente nuestro cerebro esté más agotado que de normal, y viceversa.

Por otra parte, lxs científicos aseguran que no hace falta preocuparse demasiado por la falta de sueño, ya que los daños cerebrales se producen a la larga y con casos extremos. "Ahora no nos estresemos y dejemos de dormir porque pensamos que no estamos durmiendo lo suficiente", dice Jermoe Siegel, neurólogo especializado en el sueño de la Universidad de California.