Cómo poner en práctica la técnica de perdón hawaiana ho'oponopono

Los nativos de la isla creían que la paz emocional era clave para la salud del cuerpo y por eso desarrollaron la técnica de perdón del ho'oponopono

La selección natural ha querido que seas un ser emocional y que experimentes ansiedad, miedo o rabia con relativa frecuencia. No obstante, tu organismo no cuenta con las herramientas necesarias para lidiar con un permanente sentimiento de ansiedad, de miedo o de rabia. El propio cuerpo, fruto de los cambios fisiológicos que tienen lugar en su interior bajo el yugo de estas emociones tiranas, acaba resintiéndose y sufriendo. Eso es algo que la medicina moderna ha acabado reconociendo, pero que los nativos hawaianos conocen desde hace milenios. Ho'oponopono, su técnica de sanación mediante el perdón, se basa en dicha premisa.

Como explican en una publicación para Psychology Today la psicoterapeuta Rosemary Sword y el psicólogo Philip Zimbardo, "ho'oponopono es la práctica de la disculpa sincera y el perdón verdadero", la cual usaban los nativos hawaianos, y actualmente muchos de sus descendientes, para superar esas dificultades en sus relaciones que las mantenían en un estado de intranquilidad tan perjudicial para la mente y el cuerpo. Dada la interconexión entre ambas entidades, los indígenas hawaianos no concebían la curación y la salud sin una reconciliación verdaderamente honesta con el resto de personas. Pero eso requiere un método.

En concreto, son cuatro los pasos que debes seguir para poner en práctica el ho'oponopono. El primero de ellos es el remordimiento. "Es cuando te das cuenta de que, a sabiendas o sin saberlo, has hecho daño a alguien o algo, tal vez a la Tierra, y por lo tanto te has hecho daño a ti mismo", apuntan Sword y Zimbardo. Pero esto requiere de la asimilación sincera de una idea trascendental: que todos los seres humanos y toda la materia y energía del universo están conectados. Solo cuando esta idea impregna tu ser puedes pasar al paso número dos: pedir perdón a la persona que heriste. Probablemente la parte más delicada.

Porque no es sencillo pedir disculpas. El miedo al rechazo siempre está presente. Por eso tienes que hacerlo con total sinceridad y sin excusas para facilitar que la otra persona acceda. "Cualquier 'sí, pero' no será suficiente ya que es una señal de que estás intentando reducir tu participación" y tu culpa. De todas formas, esto no lo haces por los demás, sino por ti, y eres tú quien debes perdonarte: "Si es imposible pedir perdón, pide perdón en silencio", añaden estos dos psicólogos. Aunque debes intentarlo, no puedes depender del perdón de otrxs personas para recuperar tu armonía y tu salud. Es una esclavitud que no te mereces.

Una vez has sido perdonado, por ti mismx y quizá por la persona que dañaste, deberás experimentar con todo tu corazón la gratitud por las lecciones aprendidas durante la cagada, el remordimiento y el perdón. Tal como dicen Sword y Zimbardo, "a veces crecemos a pasos agigantados debido a estas experiencias". Son parte de tu historia. Por último, y para acabar, tendrás que realizar un acto de amor. Puede ser un abrazo, un beso, una palabra o cualquier otra expresión de cariño. Lo importante es que fluya. Y si no quiere recibirlo, guárdalo para el día en que, quizás, esa otra persona esté preparada para perdonar. Tú hiciste tu parte.