Por qué hay tantas personas que tienen un ‘plan B’ por si falla su pareja

El ‘plan B’ es esa persona que te gusta lo suficiente como para querer mantener una relación un poco especial y de coqueteo, pero no lo suficiente como para plantearte dejar a tu actual pareja

Seamos claros, mucha gente tiene por ahí alguien en la reserva. A veces es más claro y otras más difuso, pero casi todxs tenemos a alguien con quien estaríamos si no fuera porque estamos en nuestra relación actual. Ya sabes, alguien con quien tienes química pero que no ha llegado en el momento oportuno o que ya has conocido estando emparejadx. Es lo que en Argentina llaman “la velita encendida” y aquí directamente “el plan B” o “novix de reserva”. Es esa persona que te gusta lo suficiente como para querer mantener una relación un poco especial y de coqueteo, pero no lo suficiente como para plantearte dejar a tu actual pareja. Algo así como el jugador en el banquillo que solo tendrá una oportunidad en caso de lesión del titular. Si fulanx falla, tengo a alguien que me parece igualmente prometedor. 

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Suena bastante mal, casi frío y calculador, pero según los estudios sobre el tema de Dibble en 2015 resultó que las mujeres universitarias norteamericanas tienen un promedio de 3,78 novios de reserva y que, al menos, el 20% de las mujeres adultas heterosexuales en una relación de larga duración del país admiten tener un ‘plan B’ sin que les suponga ningún problema moral. Al parecer, esta especie de ‘seguro’ por el que algunas mujeres y hombres optan está muy relacionado con la obsesión por encontrar a la pareja correcta y de que esta sería lo suficientemente fiable para iniciar un proyecto en común a largo plazo. En esta misma línea, la investigadora en la Universidad Estatal de Nueva York, Nicole Wedberg, creó lo que llamó la Escala de Prolijidad del Plan B, es decir, una manera de medir la propensión de una mujer de crear un novio de reserva.

Lo sorprendente, según el artículo de Psychology Today en el que se explican sus hallazgos, es que las mujeres más proclives eran tanto las insatisfechas en su actual relación como las que mantenían una relación de amistad con una persona del sexo opuesto que, sin ser romántica, podría responder a sus ideales románticos. Algo así como amigos platónicos: no os habéis acostado nunca pero sabes que te encantaría. Básicamente, la orientación sociosexual de estas mujeres —el deseo que manifiestan por tener relaciones sexuales sin compromiso— resultaba determinante para establecer los deseos sobre estos amigos platónicos y, por tanto, de incluirlos en esa categoría del plan B. También resultó que las mujeres más jóvenes y/o más narcisistas son más propensas a ello. 

No obstante, y a pesar de lo común que resulta esta estrategia romántica, lo cierto es que la investigación también constató que raramente el plan B se convierte en plan A por lo que, en realidad, acaba actuando como un mecanismo que otorga seguridad a esas personas y les permite vivir sus relaciones con la tranquilidad de saber que siempre habrá otras opciones aunque todo acabe. Puede que suene egoísta, pero según Wedberg esta estrategia de emparejamiento está íntimamente relacionada con los mecanismos biológicos y sociales. Así que si tú también eres de lxs que tiene esa ‘velita encendida’ por ahí no deberías tomártelo como algo bueno o malo, simplemente tener un plan B es algo tan natural como tener el plan A. Al fin y al cabo, nunca sabes qué puede pasar mañana y solo de ti depende si acabas con el plan A o el Z, o todos a la vez.

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