No saber qué hacer con tu tiempo libre provoca muchos de tus problemas

Vives en un mundo colmado de posibilidades. Y eso a veces es un problema.

En el siglo XIX lxs trabajadorxs pasaban aproximadamente 64 horas semanales en el curro, tenían una media de cuatro o cinco hijxs de los que preocuparse y participaban más activamente en su comunidad inmediata. Hoy las condiciones de vida son bastante diferentes, pero, sorprendentemente, tienes la sensación de que no te alcanza el tiempo para disfrutar debidamente de la vida. ¿Pero a dónde han ido a parar todas esas horas que hemos ganado con los cambios laborales y sociales? Según cuenta en disfrutar el investigador Brad Aeon, las estamos dedicando a tomar decisiones. La libertad fabrica caos.

Porque en el siglo XIX no tenías demasiada capacidad de elección respecto a tus actividades de ocio. Como recuerda Aeon, especialista en gestión del tiempo en la Universidad de Quebec en Montreal, "el tiempo de las personas solía estar regulado por la sociedad, el gobierno, la religión, la familia y muchas otras instituciones". Así, la jerarquía familiar obligaba a estar sentado en la mesa para comer a una hora, la Iglesia acaparaba los domingos con sus misas y las pocas actividades culturales de la ciudad estaban programadas a horas a las que muchos trabajadores ni siquiera podían asistir. Era una vida determinada.

Pero el siglo XX, con la explosión liberadora del individualismo, comenzó a debilitar estas instituciones. Este siglo XXI es solo una extensión exagerada de aquella tendencia. Puedes ver series de televisión en Netflix en cualquier momento del día sin depender de los horarios de una cadena de televisión. Puedes comprar cosas por internet durante las 24 horas del día sin tener que salir de casa. Puedes comer cuando quieras. Y, ahora, para la inmensa mayoría de lxs jóvenes como tú, el domingo es un día de verdadero descanso. Es un mundo lleno de posibilidades, pero quizás demasiado lleno de posibilidades. Estás abrumadx.

"La libertad también significa responsabilidad: ahora somos responsables de administrar nuestro tiempo en lugar de seguir las reglas establecidas por instituciones como la familia o la religión que nos dicen cómo pasar nuestros días", dice Aeon. Esto plantea dos problemas. Por un lado, la falta de formación acerca de cómo nos deberíamos administrar. A veces simplemente la liamos priorizando actividades. Por otro lado, una sensación muy desagradable de que la calidad de tu vida está en tus manos. Como dice el experto, "hoy esas decisiones descansan sobre nuestros hombros". Y puedes sentir culpa si eres muy autoexigente.

Lógicamente, la solución a estos problemas no pasa por retroceder y volver a entregar el timón de tu vida a instituciones rígidas y tiránicas. Pasa por aprender a gestionar el tiempo. Y aquí hay un truco clave: "No se trata de eficiencia, productividad o hacer las cosas", sino de "la capacidad de hacer que nuestro horario sea un reflejo de nuestros valores, creencias y filosofías". Olvídate de la vida perfecta. Dibuja tu vida. Sartre decía que tendemos a buscar un gran sentido de la vida, como dios, para no tener que responsabilizarnos de lo que vivimos. Pero reconocer como tuyos los fracasos y éxitos es lo más bonito que podría pasarte.