Eres un ‘faster’, quieres experimentarlo todo rápido y eso te hace disfrutar menos

Experimentar una gran cantidad de planes y actividades se ha convertido en nuestra gran prioridad, en lugar de seleccionar aquellos instantes más especiales y tomarnos nuestro debido tiempo

Empieza la semana y deseas que sea viernes. Llega el viernes y solo piensas en que pasen las horas para salir del trabajo y vivir el fin de semana. Durante el finde estás pensando que ojalá lleguen pronto las vacaciones y cuando llegan tampoco pasa nada fuera de lo habitual. Nos proyectamos en el futuro sin detenernos en el presente. Ocurre porque hablamos rápido, trabajamos rápido, nos relacionamos rápido, consumimos las series rápido, comemos rápido y dormimos poco. Y la vida, mientras tanto, sucede sin que nos demos cuenta. 

La última tendencia de consumo es aumentar la velocidad de los vídeos a 1,5x o 2x para ver más contenido en menos tiempo. Ver más vídeos, más capítulos, más temporadas en menos tiempo. Preferimos la cantidad a la calidad y nos está pasando factura y por eso nos hemos convertido en la generación faster, preferimos probar muchas experiencias que saborear lentamente aquellas que más nos gustan. Se nos ha ido de las manos y necesitamos parar y sentir.

Los síntomas

El tiempo parece que se ha vuelto nuestro peor enemigo. Uno de los motivos reside en que aquellas personas que viven lentamente —disfrutando del presente— tienen la sensación de que no están aprovechando la vida y de que están perdiéndose muchas experiencias. El entorno influye enormemente en esto ya que, en cualquier situación en la que hay un grupo de personas, sale un tema que siempre es del momento: la última serie que ha salido y que ya todxs han visto, la última película estrenada y que todxs también conocen o la infinidad de planes que han hecho durante la semana que incluyen cultura o deporte. En mitad de toda esta conversación estás tú, que empiezas a sentir que no estás aprovechando la vida y que estás perdiendo el tiempo.

Vivir deprisa se ha convertido en una realidad para muchas personas: hay que hacer miles de planes y, si pueden llevarse a cabo a la vez, mejor. Estar pendiente de varias vías en el mismo instante no nos permite disfrutar ni saborear el presente, los momentos únicos pierden su esencia. Esta forma de vivir acelerada tiene sus consecuencias y se percibe a través de distintas tendencias. Uno de los ejemplos más claros es la moda de ver películas o vídeos a 4x, es decir, con una velocidad mayor: ver más rápido para ahorrar tiempo. Las plataformas presentan esta opción y el público se suma. Y consumir más y ver más, al final, solo tiene un resultado: pierdes todos los detalles y nada trasciende.

Este concepto tan claro y conocido se hace tangible en el psicometraje 4x que Juan Carlos Fresnadillo ha grabado junto a Cervezas Alhambra protagonizado por Tamar Novas. El cine y la marca se han unido para trasladar al espectador que “cuando aceleramos el reproductor e intentamos consumir más en menos tiempo, lo vemos todo más rápido, pero no vemos más”. Es importante que todo tenga su ritmo adecuado, si no lo tiene estamos priorizando la cantidad frente a la calidad. Lo que sucede en los vídeos también pasa en nuestro día a día: no lees la noticia entera, te quedas en el titular; no te gusta físicamente, haces swipe a la derecha; no te llama la atención, haces scroll y buscas otro estímulo que, por cierto, también será igual de efímero. Consumimos de forma comprimida, en cápsulas que contienen lo justo para pasar a la siguiente tarea.

Hay que detenerse

Paul Virilio, teórico francés especializado en tecnología y cómo esta afecta a la velocidad en la que vivimos, explicó que la velocidad llama nuestra atención: “produce excitación y nos saca del aburrimiento. Funciona como una nueva forma de éxtasis, intensifica nuestra existencia”. Esta forma de vivir ha formado la sociedad en la que vivimos y multiplicamos nuestros planes o deseos a pesar de no poder vivirlos plenamente. Esta fórmula debe parar y es, justamente bajo esta premisa, en la que nace el psicometraje. La primera versión que la marca nos invita a visualizar es la que está a cámara rápida, a una velocidad de 4x. En este formato no terminas de entender qué sucede. La segunda versión, a velocidad de 1x, nos demuestra cuán importante es parar para poder trascender en nuestra propia vida y, por tanto, en la de los demás.

Los placeres de la vida diaria los pasamos por alto. Es necesario saber que si vives rápidamente y experimentas a esta velocidad no ganas en tiempo, pierdes en vida. Si decides disfrutar lentamente, el tiempo será valioso y, cuando decidas hablar de tu semana, quizás recuerdes ese instante mirando a los ojos a una persona, esa tarde de cervezas con amigos que saboreaste con precisión o ese momento contigo mismx sin móviles ni distracciones que te alejaran del presente. Parar en tiempos de fasters es la experiencia a la nos invita Cerveza Alhambra. Prueba a cambiar un poco tu rutina de prisas, detente, no hagas muchas cosas a la vez, exprime los instantes y verás cómo de especial se vuelven todos los momentos de tu vida.

4x de Juan Carlos Fresnadillo:

Artículo en colaboración con Alhambra.