La mayoría de tus remordimientos son totalmente imaginarios

Algunas movies mentales son tan creativas que puedes acabar autocastigándote innecesariamente

Pasan los años y en tu mente persisten unos cuantos remordimientos irremediables. Aquella persona que rechazaste porque llegó en un momento de tu vida en el que no estabas preparadx para nada serio. Aquella carrera que nunca llegaste a estudiar porque preferiste una con más salidas laborales. Aquella oportunidad de trabajo en Alemania a la que no te atreviste a lanzarte. Cada vez que piensas en estas cosas te pones muy triste. La vida podría haber sido maravillosa, te dices, y te culpas de tu realidad actual, menos espectacular que esa otra que proyectas en tu cabeza. Pero estás cayendo en una trampa de tu cerebro.

Cómo podría haber sido

Como señala la terapeuta Denise Winn en un artículo para Psychology Today, "las investigaciones han demostrado recientemente que tenemos una tendencia a sobrestimar cómo habrían resultado las oportunidades que no se aprovecharon". Es curioso. Cuando piensas en las oportunidades que tienes delante, incluso en las que ya has escogido y estás viviendo, tiendes a mostrarte neutro o pesimista. Sientes que tu vida no es para tanto. Sin embargo, cuando fantaseas con aquella persona, aquella carrera o aquel trabajo, entras en un universo completamente Disney en el que todo sale a la perfección. Se trata simplemente de un sesgo.

Un sesgo motivado por el desconocimiento. A tu pareja actual, tu carrera actual o tu trabajo actual la conoces muy bien. Cada mínimo detalle. Y sabes que son imperfectos. Como todas las cosas en esta vida. Pero con las oportunidades que dejaste pasar ocurre lo contrario: te falta información para certificar su imperfección. Lo intuyes, pero no tienes pruebas. En ese sentido, explica Winn, editora del Human Givens Journal, "el arrepentimiento suele desencadenarse por creencias sesgadas e infundadas coloreadas por nuestra imaginación". Tu creatividad es aquí tu gran enemiga. Está haciéndote creer en cuentos de hadas. Así de claro.

Por qué no fue así

Y no una vez. Ni dos. Ni tres. En palabras de esta experta, "es común hacer mal uso de nuestra imaginación sobre cualquier cosa que hayamos perdido o no hayamos aprovechado". Esto implica que tu mente no solo te engaña respecto a las oportunidades que decidiste dejar pasar, sino que también lo hace respecto a aquellas cosas que tuviste entre tus manos pero terminaron yéndose. Por ese motivo sigues contemplando a tu ex como una deidad con la que habrías tenido una maravillosa relación y una vida insuperable. Pero no es verdad. La realidad es mucho más compleja, defectuosa e irregular. En el fondo lo sabes bien.

En cualquier caso, un poquito de esta dinámica fantasiosa y doliente no te matará. Es parte de ti y del resto de personas que tienes a tu alrededor. El problema aparece cuando se vuelve rutina y te pasas los días con la mirada puesta atrás, en las chances desaprovechadas, "lo que da como resultado el autocastigo y, a menudo, el descenso a la depresión", indica Winn. Creerte demasiado la movie que te montas, convencerte a ti mismo de que aquello que dejaste pasar te habría proporcionado una felicidad que ya nunca alcanzarás, es una vía directa a la tristeza y la desesperanza más profundas. No caigas en la trampa.