Cómo mantener tus amistades aunque no tengas tiempo para quedar

No dejes que una inercia negativa termine con ella, mantener tus amistades es un proceso más fácil si sabes cómo hacerlo.

Cuando estás rebosante de hormonas del amor, y desde una cándida ingenuidad, piensas que la relación que tenéis durará para siempre y pase lo que pase, que nada podrá destruirla. Y, sin embargo, en buena parte de las ocasiones verdaderamente termina. Es así. Y no solo en las relaciones románticas. Las amistades que nos parecen indestructibles también pueden acabar un día, ya sea por cambios de personalidad, conflictos o un continente de distancia. Pero otras no, otras amistades superan la década de duración y se vuelven casi invulnerables. Y el especialista en psicología Ronald E. Riggio tiene las claves.

La primera de ellas, tal y como explica en un artículo para Psychology Today, es la comunicación regular. Al fin y al cabo, "la comunicación es fundamental en cualquier relación de calidad". Y sí, todxs tenemos un amigx o una amigx con la que sentimos que no necesitamos hablar a menudo, que podemos vernos tras una temporada sin compartir cosas y que todo fluya de la misma manera de siempre. Pero es inevitable que poco a poco vaya perdiéndose algo. Tú evolucionas. Esa otra persona evoluciona. Y, cuanto más desconexión hay, más bruscos son los reencuentros y menos os adaptáis a vuestras nuevas versiones.

Pero la cantidad no lo es todo. Ciertamente, pasar cuatro meses sin hablar con una persona es una mala idea si quieres conservar el vínculo emocional con ella, pero hablar todos los días por hablar tampoco ayuda. Por eso la recomendación de Riggio es clara: "intenta que cada interacción sea lo más positiva posible". Esto no significa que viváis en un cuento de hadas. Las amistades, como las relaciones románticas, también están expuestas a conflictos, pero ten una actitud constructiva ante ello. Además, busca cosas nuevas para hacer y ayudaos a crecer. No es muy diferente de un romance. Solo es otro tipo de amor.

Y en todo tipo de amor debe reinar el cuidado mutuo. A fin de cuentas, lo que no se riega acaba muriendo de desnutrición. "Es importante prestar atención a la otra persona para demostrar que la aprecias y que deseas saber qué está sucediendo en su vida", dice este especialista en liderazgo y psicología. Y si nunca te apetece escuchar sus problemas, si estás cansadx de sus dramas, entonces quizá no merezca la pena salvar la relación. Quizá no es para ti o quizá simplemente no te mereces a esa persona. Después de todo, "no puedes esperar que la otra persona esté ahí cuando la necesites si tú no estás ahí para ella".

Y quedan dos ingredientes más del kit "supervivencia de una amistad". Por un lado, mantener las emociones positivas. ¿Hay conflictos? Ok, es normal, pero permítete mostrar afecto. Es algo que en las amistades nos cuesta más hacer, pero es fundamental. Por otro lado, ser constante y no renunciar a las amistades porque, aunque la pareja o el trabajo adquieran mayor importancia, siguen siendo imprescindibles en una vida sana y plena. Si ves que la cosa flojea con unx colega, no te entregues a la inercia solo porque otras cosas en tu vida vayan bien. Ponte las pilas. Es algo bonito, único y, no lo olvides, esencial cuando el resto falla.