Ser demasiado inteligente podría convertirte en un extremista ideológico

Las personas inteligentes tienen más recursos cognitivos para negar los argumentos que rechazan y les convierte en intolerantes

Las ideologías existen desde hace miles de años. Y, aunque hay muchas, podemos agruparlas de una manera esquemática en ideologías conservadoras e ideologías progresistas. Tanto tiempo batallando entre nosotrxs podría habernos llevado a un saludable acercamiento de posturas pero, como los psicólogos sociales llevan alertando toda una década, la polarización política no hace más que aumentar: la sociedad está cada vez más dividida ideológica y las personas más parapetadas en sus propias ideas que nunca. Lo que es sorprendente es que, como prueba un nuevo acercamiento de posturaslas más tercas ideológicamente son las más inteligentes.

Resulta contraintuitivo, ¿no? Durante muchísimos siglos habíamos pensado que la intolerancia ideológica, la incapacidad para escuchar y comprender las ideas que no nos molan, era consecuencia de una inteligencia o una formación muy pobre. Y que las personas inteligentes que hay en tu vida, esas con las habilidades necesarias para reflexionar y articular discursos complejos, eran quienes estaban más abiertas a ponerse en el lugar de los demás y entender sus perspectivas. Pero no. Solo era un sesgo. Es mucho más probable que lxs listxs con lxs que te relaciones se opongan ciegamente a tus opiniones. Y eso es decepcionante.

Pero piensa que también podrías ser tú. Y sin querer. "Una elevada inteligencia habilita a las personas con mayores recursos cognitivos, haciéndolos más capaces de racionalizar y justificar su ideología política", dice la investigación. Esto significa que, debido a una mayor capacidad intelectual, siempre encontrarás un modo de argumentar en favor de tus opiniones. Casi puede visualizarse a tu cerebro operando a mil por hora para encontrar un camino alternativo a la derrota argumental. Y, obviamente, esto nos aleja de la conciliación y la convivencia armónica. No hay espacio para poner en cuestión las propias ideas.

Además, continúa el paper de la investigación, las personas muy inteligentes "tienden a apoyarse más en su ideología a la hora de formarse actitudes sobre los grupos ideológicos opuestos, incidiendo en las diferencias con dichos grupos". En otras palabras: del mismo modo que una persona inteligente tiene más recursos a la hora de defender sus ideas políticas, también los tiene a la hora de "justificar su desprecio, indiferencia o intolerancia hacia sus opuestos políticos", tal como señalan desde Magnet. Y eso hace que interioricen las diferencias aún más que el resto. En sus mentes los "unos" y los "otros" están más claros.

Como apuntábamos antes, durante la última década los expertos de la psicología social han clamado contra la polarización política y social, señalando en muchas ocasiones a las redes sociales y sus algoritmos como culpables parciales del fenómeno. A fin de cuentas, Instagram te recomienda cosas similares a las que likeas, con lo cual consumes cada vez contenidos más similares entre sí y te expones menos a ideas diferentes. Ahora sabemos que la sofisticación intelectual también es responsable. "Las ideas más complejas nos conducen a un mayor dogmatismo". Quizá ser conscientes de ello nos ayude a ser más tolerantes.