El Universo está lleno de excepcionales excepciones, pero la inmensa mayoría de las personas contestan una misma cosa cuando son cuestionados acerca de la capacidad intelectual de su pareja ideal: que sea bastante inteligente. De hecho, y según una investigación de la antropóloga Helen Fisher, de la que se hace eco en una publicación para Psychology Today la periodista Jenna Birch, "el 87% de los hombres dijeron que saldrían con una mujer que fuera más intelectual que ellos", es decir, que tuviera mayor capacidad y/o mayor nivel de estudios. Sin embargo existe una brecha entre este hipotético deseo y el comportamiento en la vida real.
Muchas mujeres inteligentes lo habrán experimentado. Incluso todos tenemos casos cercanos de mujeres de una inteligencia excepcional que no obstante no tienen mucha suerte en el amor. Pero no son solamente una serie de percepciones cotidianas. La ciencia lo refrenda. En concreto, una investigación publicada en 2015 en la revista especializada Personality and Social Psychology Bulletin. En ella, dice Birch, se demuestra que "a los hombres les gustan las mujeres más inteligentes en teoría, cuando las imaginan como parejas románticas o cuando tienen una distancia psicológica de ellas", pero no en la práctica.
¿Cómo fue el experimento? Los investigadores crearon dos escenarios. En el primero de ellos le explicaron a los hombres que una mujer a la que nunca habían visto había superado o no una prueba de inteligencia. Tal y como podríamos imaginar, los hombres se sintieron más atraídos cuando esa hipotética mujer había logrado aprobar el test. Sin embargo, en el siguiente escenario los hombres se sometieron a una prueba de inteligencia real y posteriormente se les informó de que conocerían a una mujer que los había superado en dicha prueba. En ese caso, los hombres no mostraron tantísimo interés en esta mujer.
"Cuando la mujer estaba psicológicamente cerca, en una interacción cara a cara en la vida real, los hombres movieron su silla más lejos de la mujer, como un indicador de tener menos interés en ella, e informaron menos atracción romántica hacia la mujer cuando los superaba versus cuando no en una prueba", según las palabras de la profesora de psicología de la Universidad de Buffalo Lora Park, autora de aquel experimento. ¿Pero cómo se explica esta brecha, este abismo entre lo que los hombres parecen querer sobre el papel y lo que quieren en la vida real? ¿Mienten cuando hablan de sus deseos verdaderos?
Para Park no, sino que "los hombres parecen estar menos influenciados por sus preferencias ideales de parejas y más por sus emociones o sentimientos en el momento". ¿Y cuáles suelen ser esas emociones a la hora de interactuar con una mujer más inteligente? La amenaza. "Se sintieron amenazados, evaluados por la disminución de las autoevaluaciones de masculinidad, lo que les llevó a actuar de manera contraria a lo que eran sus preferencias ideales expresadas", agrega Park. Por supuesto, los hombres también son víctimas de estos estereotipos de género que boicotean sus elecciones. Se necesita tiempo para deshacerse de ellos.