La gente miente más y mejor desde que llevamos mascarillas

La pandemia ha provocado no solo que podamos mentir un poco mejor sino también nos ha dado nuevas temáticas sobre las que podemos ocultar la verdad

El rostro es casi la parte más importante de todo nuestro cuerpo. Ya no por sus funciones básicas sino porque es lo que nos da identidad, es lo que nos representa. Nuestros gestos dicen mucho de lo que pensamos, sentimos u opinamos y ahora que llevamos mascarilla y que tenemos la mitad del rostro cubierto, es más complicado que nos lean la cara. O, con otras palabras, es más sencillo ocultar ciertos pensamientos. En resumen, podríamos decir que es más fácil mentir. La pandemia no solo nos ha traído este objeto que nos hace el engaño más accesible sino que, además, nos ha dado temáticas con las que mentir.

¿No te sientes aludidx? Sencillo de verlo: ¿cuántas veces te has agarrado a la idea del COVID para decir que no a una quedada? Y no porque te sintieras mal y tuvieras síntomas sino con la excusa de que te preocupaba la situación. Así que sí, las excusas son una de las protagonistas de esta pandemia, están en todas partes. Desde las promesas de mantener el distanciamiento social hasta los motivos por los que no acceder a OTRA videollamada más. Como explican los expertos para Cosmopolitan, “una persona dice por día una media de 1.65 mentiras”, al menos así era antes de la pandemia, porque en el actualidad hay nuevas mentiras para decir.

Mentir en el contexto de una pandemia cuando tu salud o tu bienestar están en juego parece ser menos terrible o más perdonable a las conocidas mentiras o engaños. “Lo que pasa también es que, en momentos de gran estrés, buscamos respuestas simples o pequeñas mentiras para problemas algo más complejos. Es una forma de sentir que tenemos el control cuando claramente no lo tenemos”, explican los expertos para la misma web. No solo es más sencillo posicionarnos en esta forma de actuar sino también ocultar lo que nos pasa.

Han sido muchos los memes que han surgido con el uso de la mascarilla. Uno de ellos es lo fácil que es, por ejemplo, ocultar que estás llorando. Es más solo bastarían unas gafas de sol y ni siquiera. El uso de este objeto nos hace sentir más seguridad a la hora de soltar un engaño, hay algo que tapa los gestos que no pensamos, los que salen de forma natural en todas las caras que mienten. “Ni siquiera los expertos en salud mental son inmunes a recibir mentiras durante el COVID-19. Judy Ho, una neuropsicóloga clínica y forense ha pillado mintiendo a amigxs e incluso a sus propios padres. Ella explica que no se puede juzgar, que cada persona tiene sus motivos para hacerlo”.

Lo que sí es importante es no hacer que la mentira esté de nuestro lado constantemente. Es normal querer evitar ciertos planes pero lo necesario es saber que ahora engañar es más fácil que nunca y que, si volvemos a una normalidad como la que conocíamos, ya no podremos ser tan hábiles mintiendo.