Si siempre evitas las discusiones acabarás convirtiéndote en un ser mediocre

Ser buena persona no significa que de vez en cuando no puedas alzar la voz y decir claramente qué es lo que necesitas

El miedo a la confrontación es un clásico. Quieres algo, pero cuando te pones a pensar en todo lo que implica conseguirlo, te echas para atrás. Por ejemplo, te gustaría decirle a ese compañero de curro cuñao que sus chistes no te hacen gracia o que, más bien, te ofenden. Otro ejemplo, los vecinos dejan la puerta de la calle abierta y sería mejor cerrarla bien para que no os entren a robar. O un tercero, tu pareja es genial, pero siempre deja los platos sucios. Tú, para evitar la confrontación, te convences de que no es para tanto. Te tragas los chistes y asumes que te va a tocar hacer un esfuerzo más para estar en paz.

Pero evitar ese conflicto no es cuestión solo de cerrar la puerta y de lavar esas tazas que tanto te molestan. Cada vez que tú asumes lo que crees que deberían hacer otros, estás acumulando frustración en tu interior. Y esa frustración se vuelve rabia y la rabia, eventualmente, ira. Para evitarlo, tienes que aprender a alzar la voz y poner límites, porque si los demás superan constantemente lo que tú consideras una línea roja, te acabarán amargando. La terapeuta Amy Morin evitar ese conflicto cómo evitar que te pisoteen en unos simples pasos.

Identifica cómo te sientes

¿Qué pasa cada vez que te callas algo? ¿Cuál es el sentimiento que te viene a la cabeza? "No cambiarás tu comportamiento a menos de que creas que tu comportamiento actual no está funcionando. Y cuando te da miedo defenderte, es fácil convencerte de que no decir nada es la mejor opción", dice la experta. Tal vez sea un sudor en las manos, un estrés inusual, una rabia... describe tus sentimientos en un papel para poder enfrentarte a ellos.

Piensa qué te pierdes

Evidentemente, las personas que saben explicar con claridad lo que quieren, ganan siempre. Desde hacer la compra hasta el sexo, en todos los aspectos de tu vida te pierdes mucho si no eres clarx. Apunta en la misma hoja, por la otra cara, cuáles serían las ventajas prácticas de hablar de tus necesidades. "Cada vez que sientas tentación de quedarte callado, lee ambas listas. Identificar las razones lógicas y racionales por las que deberías confrontar a alguien, incluso si da miedo, puede impulsar tu valor y ayudarte a hacerlo", explica Amy.

Define "confrontación" y rompe tus tabúes

Puede ser que ante el conflicto te sientas como si estuvieras frente al abismo, pero esto no es así para todo el mundo. De hecho, hay situaciones que a ti tal vez te da miedo enfrentar, pero que en realidad a otra persona ni siquiera le molestaría cambiar. Define qué crees que conllevaría una confrontación para ver si lo tuyo es más bien un prejuicio que deberías superar. "La confrontación es saludable", apunta la psicóloga. Y no olvides que hay muchas maneras de hablar: confrontar a alguien no significa ser mal educado. Puedes ser amable y asertivx a la hora de expresar tu opinión.

Date prisa

Como decíamos, guardarte las cosas significa acumular malestar, así que cuanto antes empieces a decir las cosas, antes empezarás a ahorrarte la frustración y menos 'bilis' acumularás. Sentir necesidad de venganza es algo que hay que evitar a toda costa. Actúa a tiempo.

Empieza por ti

Cuando alces la voz para expresar cómo te sientes, es mejor centrar el discurso en ti que en la otra persona. En vez de intentar hacer que se sienta mal diciéndole "eres un desastre y vivir contigo es una mierda", prueba a decir "esto que haces me molesta, ojalá pudieras cambiarlo". Pondrás la bondad de la otra persona de tu parte y evitarás que se sienta atacadx.

Ve por pasos

Si has estado callándote las cosas durante años, no cambiarás de la noche a la mañana. Elige con atención con quién quieres empezar a trabajar, que sea alguien que te quiere y que sea paciente, y un tema no muy trascendental. Ve probando a ver cómo reacciona cada quien para ir practicando poco a poco. Alzar la voz es un buen consejo, incluso si de vez en cuando es necesario hacerlo de forma literal. Con educación, pero te cortes.

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