Un estudio revela que el cambio climático aumenta el riesgo de suicidio

La regulación corporal de la temperatura podría estar relacionada con la regulación cerebral de las emociones

Solemos contemplar el cambio climático como una apocalíptica catástrofe que tendremos que enfrentar en un futuro lejano pero la verdad es que está aquí, ocurriendo en este mismo instante. De hecho, y según han revelado investigadores de la Stanford University y otras universidades americanas, el aumento de temperatura global que trae consigo este desamparo natural está provocando alteraciones psicológicas que conducen a una tasa más elevada de suicidios. En 2050, avisan, el cambio climático podría ser la razón de más de 14.000 suicidios solo en los Estados Unidos.

Según la investigación, publicada en la revista Nature Climate Change, el número de suicidios aumenta cuando un mes registra temperaturas anormalmente altas por la inestabilidad climática. En concreto, y tras comparar las versiones más frías con las versiones más calurosas de cada mes en los Estados Unidos y en México, los científicos descubrieron que un aumento de un grado en la temperatura promedio está correlacionado con un incremento del suicidio mensual del 0,68% en Estados Unidos y del 2,1% en México.

Los investigadores también estudiaron si el aumento de la temperatura guardaba algún tipo de relación con la publicación de mensajes depresivos en las redes sociales del tipo "deprimido", "solo" o "suicida". Examinaron más de 622 millones de publicaciones en Twitter en Estados Unidos y descubrieron que un aumento de un grado celsius en la temperatura promedio mensual aumentaba la probabilidad de publicar mensajes depresivos en un porcentaje de entre el 0,36% y el 0,79%.

En palabras de Marshall Burke, autor principal de la investigación, "los estudios sugieren que algunos componentes de la química cerebral, en particular ciertos neurotransmisores, son importantes tanto en nuestra salud mental como en la forma en que nuestro cuerpo regula su temperatura interna, lo que sugiere un vínculo entre temperatura, regulación térmica y regulación de emociones". Por eso manda un mensaje: "Debemos usar esta información para desarrollar políticas de salud que limiten el impacto del aumento de las temperaturas".