Crometofobia, el motivo por el que muchas veces no quieres pagar cosas

Quienes sufren esta fobia específica experimentan una profunda ansiedad ante cualquier gasto

Es una realidad innegable que vivimos en una sociedad de consumo: los ciudadanos deben gastar en cosas y generar así una demanda que movilice las fuerzas laborales. Lo saludable, sin embargo, es hacerlo dentro de unos límites razonables, teniendo mucho cuidado de no caer en un consumismo tóxico para el planeta y para la propia salud mental. No obstante, el otro extremo radical también puede ser bastante nocivo: vivir con un profundo miedo a gastar el dinero. Aunque pueda parecer extraño en una sociedad tan predispuesta a las compras, algunas personas padecen este mal, conocido como crometofobia.

Y no, no todas las personas ahorradoras o tacañas sufren crometofobia. Es completamente legítimo tener una actitud conservadora con el dinero, querer escapar del consumo superfluo o ser minimalista. Lo que marca la presencia de la crometofobia, como ocurre con cualquier otra fobia, es que la conducta interfiera en el desarrollo normal de la vida, tal como cuentan desde la BBC. Quienes se encuentran bajo sus garras "no solo pueden experimentar ansiedad, depresión o pensamientos suicidas, sino también desarrollar problemas en sus relaciones sociales". Hablamos de una condición muy limitante.

Una que se manifiesta no solo a nivel psicológico sino, como el resto de fobias, también en síntomas físicos o fisiológicos muy desapacibles: "dificultad para respirar, taquicardia, incremento de la presión arterial, sudoración, náuseas, dolor muscular o diarrea" cuando se enfrentan a la situación de tener que gastar. Y, movidos por ese pánico, evitan reuniones sociales o actividades que les molan para esquivar posibles gastos económicos, además de, en ocasiones extremas, dejar de pagar facturas o préstamos, lo que lógicamente tiene efectos financieros mucho peores después. Las deudas siempre crecen.

¿Pero qué provoca esta fobia tan particular? Según cuenta en este mismo medio británico Elizabeth Sterben, terapeuta financiera, "podría desarrollarse cuando ha existido un incidente traumático que la persona puede o no puede recordar". Además, agregan desde la BBC, otros factores involucrados en la aparición de esta fobia específica suelen ser las condiciones cerebrales y la herencia de los padres. Así, "puede haber una vinculación entre la fobia específica y la fobia o la ansiedad de los padres de la persona, lo que podría deberse a factores genéticos o a una conducta aprendida". Los genes y el pasado nos marcan.

En cuanto al tratamiento, la crometofobia suele abordarse con la misma estrategia que el resto de las fobias: la terapia cognitivo-conductual, cuyas herramientas principales son la reformulación de las creencias y de las ideas irracionales relacionadas con el dinero y la exposición paulatina. "Esto se puede lograr poniéndose inicialmente metas pequeñas como gastar un euro en el supermercado", apuntan en la BBC, y poco a poco ir aumentando la cantidad. En palabras de la especialista Khara Croswaite, "se trata de una repetición para confrontar el miedo con el apoyo de un profesional de la salud mental".