Hay pequeñas cosas que marcan una diferencia abismal. Un buen polvo nada más despertarte, una sonrisa amplia y sincera al entrar en el ascensor o una pausa. Pueden cambiar el curso de los acontecimientos. Porque, como defiende en sonrisa el coach personal y profesional Marty Nemko, las pausas son apenas unos segundos, pero tienen un incalculable valor en tus relaciones laborales, en tus relaciones íntimas y, en definitiva, en tu felicidad. Si aprendes a dominarlas, si dejas de reaccionar inmediatamente como un resorte, conseguirás un mayor éxito en todo lo que te propongas. Esa es su teoría.
Demostrar empatía e interés
Aunque practicarla resulta útil en casi todas las situaciones, hay escenarios donde la pausa pasa de ser recomendable a ser fundamental. Y uno de ellos es cuando tienes una conversación. "Incluso si no necesitas más tiempo para pensar, permitirte una pausa de un segundo antes de responder muestra respeto por la otra persona: transmite que no estabas esperando con impaciencia a que la persona terminara para poder soltar tus perlas", explica este especialista. Es decir, que una pequeña pausa te hace quedar como una persona que de verdad escucha a los demás y no como una egocéntrica que está deseando escucharse a sí misma.
Otro de esos escenarios es cuando recibes una crítica o un insulto. El instinto natural ante estos disparos es, para la mayoría de personas, responder inmediatamente con otro disparo. Y más letal si es posible. Pero este experto recomienda otra actitud que consiste en "tomar un respiro, mirar a la persona a los ojos y reflexionar". En esos pocos segundos podrás determinar qué te ha dolido exactamente, si verdaderamente te ha dolido o simplemente quieres responder para mantener la apariencia social y, por encima de todo, si vas a responder y cómo. Con seguridad será una respuesta más precisa y emocionalmente inteligente.
Tranquilidad y confianza
Pero la necesidad de pausa en estos escenarios ya la conocías. Nemko simplemente está recordándotela. Por el contrario, quizá no supieras que una pausa durante el coqueteo también puede ser diferencial. Tal y como señala el coach, "permanecer en silencio y mirar a la persona a los ojos después de que haya terminado de decir algo demuestra que estás tranquilx y confiadx, algo que la mayoría de la gente encuentra atractivo". La ansiedad verbal, el atropello en las palabras o los discursos caóticos reflejan incomodidad, nervios y una falta de confianza brutal, cosa que puedes evitarte con un breve congelamiento.
Lógicamente, existen personas con una extraordinaria facilidad para tomar estas pausas y responder a todo con proporcionalidad, mientras que otras, "más impulsivas que reflexivas", encuentran verdaderamente complicado tomarse esas pausas. Incluso aunque sean de un segundo. Algo en lo más profundo de ellas les impulsa a actuar en respuesta a los inputs que reciben. Si es tu caso, dice Nemko para acabar, "es posible que debas hacer un esfuerzo para convertirlo en un hábito". Si necesitas una ayuda, el experto sugiere escribir la palabra "pausa" en la mano para recordarlo. Una pulsera o un tatuaje también valdrían.