La técnica que necesitas para dejar de comerte el tarro con supuestos escenarios

Todas ellas tienen que ver con el distanciamiento emocional

Tu cerebro es tu mayor aliado, pero también tu mayor enemigo en muchas ocasiones. Como cuando comienzas a darle vueltas a la cabeza y aparece esa voz interior tuya para dibujar escenarios futuros inquietantes. No puedes pararla. No puedes dejar de proyectar imágenes mentales. Lo que sí puedes, dice en cerebro el terapeuta Richard Brouillette, es adoptar un enfoque de distanciamiento: en lugar de vivir esas imágenes en primera persona, hazlo en tercera. Eliminarás las cadenas emocionales que te hacen hacer juicios trágicos.

Sácate del drama: piensa siempre en tercera persona

Pero no solo eso. En palabras de Brouillette, "ver nuestros problemas a través de una perspectiva en tercera persona también tiene el beneficio de reducir los efectos de estar atrapado en una respuesta de estrés de supervivencia, lucha, huida y congelación". Cuando dejas de ser el protagonista de tus pájaras mentales, cuando empiezas a escuchar lo que dice tu voz desde fuera como un espectador más, ves las cosas con mucha más claridad y realismo. Ves lo absurdo que son algunos miedos. Lo ridículas que son algunas ilusiones.

Para implementar el distanciamiento respecto a tu voz interior tienes cuatro caminos, el primero de los cuales es conocido como reescritura de imágenes. ¿En qué consiste? En coger una imagen tremendista recurrente de tu cabeza, analizarla en tercera persona, ver qué falta en ella para ser positiva y obligarte a proyectarla sin esas carencias. Un ejercicio creativo. Como también lo es el segundo camino: el diálogo de piezas, en el que permites que tu voz interna converse con tu "yo realista, escéptico y compasivo" acerca de tu vida. Sin censura. 

Necesitas neutralidad y distancia

El tercer camino es la sustitución. Según Brouillette, "a veces es demasiado difícil distanciarte cuando estás atrapado en la ansiedad". No puedes verte en tercera persona durante una hipotética ruptura. Es demasiado intenso para no implicarte emocionalmente. El truco, dice este terapeuta, "es sustituirte por la imagen de otra persona en la escena estresante en la que estás trabajando". Esto te permitirá estar menos sumergido en la escena y contemplarla con ojos más neutrales, más imparciales, más igualmente compasivos hacia todxs.

Y por último está el camino de la extensión. "Imagina una escena estresante, pero luego congélala, sal de ella e imagina a un amigo o un mentor, alguien en quien confíes, mirando y comentando lo que está pasando, en tercera persona. Este es un truco sorprendentemente poderoso", apunta el psicólogo. Porque muchas veces confías más en el criterio de ese amigx o mentorx que en el tuyo propio. De ahí que su opinión acerca de la escena pueda ayudarte a experimentarla con mayor objetividad. Cualquier cosa antes que fusionarte con tu voz interior y creer todo lo que te lanza.