Los 4 pasos para dejar de autosabotearte de una vez

Siempre has podido con gran parte de tus objetivos y ha llegado el momento de que te lo demuestres dejando de ser tu propio enemigo

¿Eres de los que se marca objetivos con toda la ilusión sin llegar a cumplirlos muchas veces? ¿Has tirado la toalla ante la meta de ir tres veces a la semana al gimnasio, a pesar de saber que te sentaría súper bien? ¿Has pasado del chicx que te gusta, aunque sabes que podríais ser bastante felices juntxs? Si te sientes identificado con estas preguntas, te resultará útil saber que puede ser fruto de una tendencia bastante común y que nos puede haber acompañado toda la vida: el autosabotaje. 

Y, aunque creas que ha conseguido que te pierdas cosas bonitas o buenas, mejor no te alarmes. Nunca es tarde para actuar. Estas cuatro sencillas claves, compartidas por Psychology Today, te ayudarán acabar o a sacar peso a esos malditos patrones que no siempre te dejan brillar todo lo que podrías.

1. Identifica de dónde viene:

Primero de todo, hay que empezar por el origen: identificar en qué aspectos de tu vida te estás autosaboteando y entender en qué se diferencian respecto a aquellos que escapan del autosaboteo. Por ejemplo, ¿no eres capaz de hacer ese voluntariado paseando perritos en el parque, pero sí asistir todas las tardes a ese curso online de dibujar penes y vulvas? En este tipo de casos, es importante entender en qué se diferencia cada actividad, en qué áreas sueles autosabotearte más o qué hay detrás de cada decisión. Puede que ahora mismo te apetezca estar más a tú rollo, aunque sepas que un rato de contacto en el exterior pueda dar más color a tus días.

2. Considera qué pierdes:

Ahora, recuerda qué pierdes a largo plazo con cada una de estas elecciones. Puede que ahora solo te interesen los beneficios a corto plazo, que pienses solo en la comodidad de hacerlo casi todo en casa, sobre todo conocer mejor su sexualidad; y salir solo para hacer la compra, ver a tus amigos o familia y cuatro cosillas más. Pero recuerda: con el tiempo eso se puede traducir en un empeoramiento de la salud mental o de las habilidades sociales. En otras palabras, piensa en largo y acertarás más.

3. Recuerda tus valores:

Si crees que no es tan fácil dejar de ser tu propio enemigo, puedes dar un paso más analizando si tus objetivos son coherentes con tus valores. Los valores son lo que nos mueve y nos hace sentir vivos, por lo que no es de extrañar que sea más fácil alcanzar metas cuando estos están por el medio. Por ejemplo, hacer esa excursión a la montaña pendiente con tus amigos porque eres de los que nunca deja tirados a los demás ni les haces perder su tiempo. Vaya, que es importante que recuerdes quién eres para asegurarte de cumplir.

4. Dale la vuelta:

Y para cerrar, toca desglosar qué razones te hacen autosabotearte. Es decir, ¿te rindes un día antes de presentarte a un examen porque la falta de estudio y previsión te han llenado de pánico y crees que no conseguirás nada? En una situación de este estilo, deberías formular el plan al revés. Prepara la lección con dos semanas de antelación o, incluso más, para que nada te estrese ni te frene en tu objetivo. Siempre has podido con ello y es hora de que te lo demuestres de una vez. No estás aquí para ser tu enemigo, sino tu mejor compañero.