Hace más de 300 años que la Ilustración cambió el mundo. Los cuentos de hadas, las leyendas populares de monstruos, las profecías y las maldiciones que dominaban la Edad Media dieron paso, de la mano de filósofxs e investigadorxs, a la racionalidad y el método científico. El mundo se volvió cada vez menos mágico, menos romántico, menos terrorífico en cierto modo. Y, sin embargo, aún perduran historias que te hacen dudar del sentido común, de la lógica y de todo lo que has aprendido. Historias de lugares embrujados que, solo por si acaso, preferirías no tener que pisar nunca. Esas son las más increíbles de la historia de España.
Palacio de Linares
El Palacio de Linares, construido a finales del siglo XIX por orden de los primeros marqueses de Linares, tal como cuentan desde El Confidencial, es el rincón más oscuro de todo Madrid. Según la leyenda, los marqueses de Linares eran en realidad, y pese a lo que ellxs mismos pensaban, hermanxs. Descubrirlo, sin embargo, no representó mayor problema para la pareja de enamoradxs. Siguieron adelante. El problema es que tuvieron una hija y, para evitar el escándalo, cuenta la historia, la asesinaron allí mismo. Al parecer, "hay innumerables testigos que afirman haber oído voces en sus pasillos y los llantos de una niña". Muy mal rollo.
Las caras de Bélmez
Esta es una de las historias aparentemente paranormales más populares de nuestro país. Por si no la habías escuchado nunca, comenzó cuando María Gómez Cámara, vecina de este pueblo jienense, "se fijó en una mancha con forma de rostro humano en el suelo" de su propia casa mientras cocinaba. Según la leyenda, ella y otras vecinas la rasparon y volcaron yeso por encima, pero volvió a salir días después. Y no sería la única: otras caras aparecieron más tarde junto a la primera. Los más fantasmafílicos dicen que la casa estaba construida sobre un antiguo cementerio medieval. María murió. Las caras continúan apareciendo.
El Cortijo Jurado
Otro de los lugares fetiche de la imaginería paranormal española. Una construcción de mediados del siglo XIX erigida por una de las familias más ricas de Málaga: los Heredia. La leyenda cuenta que, además de acomodada, esta familia escondía terribles secretos. En concreto, habría estado relacionada "con la desaparición de cinco jóvenes a principios de siglo, cuyos cuerpos se encontraron torturados en las inmediaciones del cortijo". Posteriormente, la historia se vio alimentada por el testimonio de un joven que, aparantemente, penetró en los pasadizos del cortijo y encontró "una sala con máquinas de tortura y huesos desperdigados".
Preventorio de aguas de Busot
Y de Málaga viajamos hasta Alicante, porque allí se encuentra el complejo urbanístico que levantó el Conde de Casas Rojas en el siglo XIX y que, varias décadas más tarde, utilizaría el estado como hospital para niños tuberculosos durante la Guerra Civil. Hasta ahí nada particularmente especial. El problema es que, según la leyenda, "los cuidadores se enseñaban con ellos y los maltrataban física y psicológicamente". Tras el final de la guerra, el centro hospitalario cerró sus puertas para siempre. No obstante, "los fantasmas de los niños permanecen y una mujer vestida de blanco se pasea por sus pasillos". Una locura. Intenta no tener pesadillas hoy.