Llegados a esta época del año en el que el frío cada vez es más palpable, nos apetece aprovechar estos últimos días en los que aún nos es posible salir a disfrutar de la naturaleza sin nuestros voluminosos y molestos chaquetones. Por que sí, tal y como dicen los Stark: Winter is coming. Lo cierto es que tenemos los días contados antes de que el frío invada todos los rincones y qué mejor forma de disfrutar de lo que nos queda de estación para escondernos en algunos de los lugares más bellos de nuestro entorno, capturando esos escenarios y compartiéndolos con nuestros amigos.
Y es que no hay nada más típicamente otoñal en la era millennial que colgar en Instagram unas vistosas y estéticas imágenes donde los naranjas, amarillos y rojos se adueñan de la naturaleza para ofrecernos un espectáculo visual único. Si este es tu plan ideal para disfrutar de estas próximas semanas, en Código Nuevo te traemos los cinco paraísos otoñales más mágicos de España que te harán creer en los cuentos de hadas:
La Fageda d'en Jordà
La Fageda d'en Jordà es un hayedo ubicado cerca de Olot Girona, cuya principal característica es que está situado en una colada de lava procedente del volcán inactivo del Croscat, lo que dota a este espacio de un carácter mucho más místico. El follaje de las hayas, como cualquier hoja caduca que se precie, adquiere unos preciosos tonos anaranjados llegada la época otoñal, además de cubrir el suelo del lugar con un espectacular manto color castaño.
Uno de sus mayores atractivos es que al tratarse de una reserva natural muy protegida, los vehículos a motor están terminantemente prohibidos, lo que ayuda a crear una cierta aura de desconexión y aislamiento. En cuanto pongas un pie en este hayedo, su silencio te cautivará, quedando para siempre prisionero de este increíble paraje.
La Selva de Irati
Entre Orzanzurieta y Roncesvalles encontramos el precioso valle de Irati, el hogar de un espectacular bosque de hayas y abetos bautizado con el mismo nombre, y que además, está considerado como el segundo mayor de Europa por detrás de la Selva Negra de Alemania. El bosque cuenta con un total de 17.000 hectáreas y se considera como uno de los mejor conservados del continente. Su enorme extensión hace difícil escoger qué zona visitar, pero nosotros te recomendamos que visites la Reserva Integral de Lizardoia, declarado Patrimonio de La Humanidad por la UNESCO y una de las zonas más vírgenes del bosque y que en esta época se viste con unos increíbles tonos cálidos.
Por otra parte, si prefieres relajarte observando la inmensidad del lugar y tomar alguna que otra panorámica para presumir en tus redes sociales, existen un par de miradores muy interesantes como el de Ariztokia en Garralda o el de Pikatua en Izalzu donde podrás deleitarte desde un punto de vista espectacular con los hermosos colores del otoño.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido:
Se trata de una de las zonas más privilegiadas de nuestra geografía ubicada en la comunidad de Aragón. Un lugar que resulta perfecto en cualquier estación del año, pero que llegados los meses de otoño, se acicala y maquilla con unos increíbles colores para dar la bienvenida a los aventureros que se atrevan a perderse por semejante remanso de paz. Existen una multitud de paisajes dentro del parque que incluyen cascadas, antiguos bosques centenarios, montañas rocosas y una multitud de escenarios que te harán creer que has salido de la civilización para meterte de lleno en una película del Señor de los Anillos.
Pero si tenemos que quedarnos con un paisaje especial que haga justicia a la inmensa belleza del otoño, es la ruta por su cañón hasta la cascada de la Cola de Caballo. Es una ruta fácil – y algo transitada – que te permitirá catar lo mejor de los paisajes típicamente pirenaicos de la zona.
El bosque de Carlac en el Valle de Arán:
Pero si lo que quieres es flipar de verdad con un bosque caducifolio no puedes perderte el bosque de Carlac, ubicado junto al municipio de Bausen en pleno Valle de Arán. Aunque el valle en sí es muy conocido por ser uno de los mejores lugares para disfrutar de la nieve en invierno, lo cierto es que también esconde algunas sorpresas, muchas de las cuales tan solo pueden disfrutarse en algunas épocas del año. Este es el caso de este hayedo poco conocido que se ubica a una altitud de más de 1.000 metros.
Se caracteriza por ser muy frondoso y por estar repleto de hayedos milenarios, cuyo aspecto retorcido y misterioso te harán sentirte como si estuvieras en un auténtico bosque encantado. Si tienes suerte quizás hasta puedas cruzarte con alguno de los osos pardos que todavía quedan en el Pirineo. Aunque a una distancia prudencial, claro.
La reserva natural integral de Muniellos:
No podríamos acabar esta lista de recomendaciones sin nombrar uno de los espacios más mágicos de nuestro paraíso natural particular: Asturias. En la reserva natural integral de Muniellos encontrarás uno de las mayores robledales de España. Por si fuera poco, este espacio privilegiado es parte del folklore de la zona y hogar de mágicas leyendas de la mitología astur. Prepárate para flipar con sus riachuelos y sus preciosos bosques donde el musgo se adueña de todo los rincones, cuyo verde contrasta al llegar el otoño con el color de las hojas anaranjadas de los árboles.
A pesar de que sabemos que te mueres de ganas de conocer semejante paraíso, deberás pedir permiso antes de ir ya que el acceso está restringido a 20 personas diarias. No obstante, esto te asegurará encontrar un espacio intacto y prácticamente virgen, junto a una paz y tranquilidad absolutamente inigualables