No nos engañemos: el verano no es precisamente una temporada de descanso. Todos esos planes de playeo, de cenas en restaurantes y de fiestas sin remordimiento te transmiten muchísima euforia y alegría, pero no dejan de ser estresantes a ciertos niveles. El otoño, por el contrario, suele presentarse en tu vida con bastante más calma. El tiempo camina más lento. La gente ejerce menos presión. El ansia de vivencias se transforma en conformidad con el momento. En serenidad. Especialmente cuando visitas lugares muy entregados al otoño como estos cuatro pueblos:
La Hiruela
Tres factores convierten el pueblo de La Hiruela en uno de los rincones más espectaculares para empaparse de otoño cerca de Madrid. El primero, su ubicación en la Sierra del Rincón, desde donde puedes embarcarte en rutas a pie que recorren bosques, arroyos y dehesas de una belleza muy especial. El segundo, sus casas de piedra, adobe y madera de roble perfectamente conservadas. Y el tercero, su población de 72 habitantes, según el último censo del año 2021. Allí experimentarás una tranquilidad que no experimentaste durante los agitados y caóticos meses estivales.
Horcajuelo de la Sierra
A aproximadamente 80 minutos de la capital se encuentra otro pueblo muy poco poblado en el que sentirte en verdadera conexión con el entorno natural: Horcajuelo de la Sierra, en el extremo nororiental de la Sierra Norte de Madrid. En el propio municipio podrás disfrutar de enclaves como la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, de estilo gótico, y de la paz que se respira entre sus poco más de 100 habitantes. ¿Lo mejor? Desde ahí puedes sumergirte en las sendas de la Sierra del Rincón, cuyos entornos se transforman en noviembre en la viva representación del otoño.
Rascafría
¿Prefieres un aislamiento relativo? ¿Te mola más un pueblo con mucha vida que un pueblito silencioso? Pues entonces puedes probar con Rascafría, situado en el valle del Lozoya, a 1200 metros sobre el nivel del mar. Allí viven 1.754 personas, aguardan algunos sitios geniales para catar comida tradicional y palpita una historia más profunda que en municipios más pequeños. Además, estarás rodeadx del Parque Natural de Peñalara y del arboreto Giner de los Ríos, un lugar que en los meses otoñales adopta unos colores increíbles. Pongo en Google Imágenes y enamórate.
Miranda del Castañar
Las tres opciones anteriores están a tiro de piedra de Madrid. Pero el concepto de “cercano” es muy relativo. ¿Tres horas en coche resulta lejano? No excesivamente. Y ese es el tiempo en el que puedes plantarte en uno de los pueblos más bonitos de toda España: Miranda del Castañar, en la provincia de Salamanca. De verdad: su estética y su ambiente medieval capturan a toda persona que pone un pie en sus calles de piedra. Es como realizar un viaje al pasado. En otoño, el camino que conecta el pueblo con otros pequeños pueblos de vecino se llena de naranja, de amarillo y de hojas caídas.