Así serían las primeras 24 horas si el mundo se quedara sin internet

Lxs expertos demandan planes de contingencia para afrontar una crisis de estas proporciones

Es increíble la capacidad que tienes para dar las cosas por sentadas. Tu salud. Tu trabajo. El amor de tu pareja. Te levantas todos los días sin la más mínima sensación de que pudieran no estar ahí mañana. De que no son necesariamente permanentes. Piénsalo bien. Pero no te limites a esos bienes inmateriales tan determinantes en tu felicidad: hazlo también con el agua corriente, la electricidad o la misma internet. Sí, eso es: imagina cómo sería la vida si el planeta perdiera la conexión a internet de golpe. Imagina ese caos. Imagina esa especie de apocalipsis global y cómo cambiarían las cosas para ti en ese momento. O mejor: no lo imagines, simplemente escúchalo de boca de un experto.

En un artículo para The Conversation, el profesor de análisis de datos, privacidad, ética e inteligencia artificial Francisco José García Ull, de la Universidad Europea, recrea las primeras 24 horas de un mundo totalmente desconectado. Durante el primer minuto, dice, el desconcierto de la población sería relativo. “Las aplicaciones y servicios que no requieren conexión siguen funcionando. Los servicios críticos que dependen de datos en tiempo real, como los centros de control de tráfico y hospitales, podrían ver un ligero retraso en sus sistemas internos”. Minutos más tarde, el drama resulta evidente y esos mismos sistemas críticos activan sus planes de contingencia de radio y satélite.

Esto es lo que pasa media hora después

Media hora después el mundo entra en locura: “Las tarjetas de crédito y débito dejan de funcionar. Los bancos se llenan de gente intentando retirar efectivo. La logística de transporte puede verse afectada”. Comienza el miedo. Comienza la toma individual y salvase quien pueda de decisiones. Los hospitales comienzan a funcionar más lentamente porque deben recurrir a los registros en papel. Las fuerzas de seguridad ya no se intercomunican tan eficientemente. Los bancos bloquean las transacciones.

A las seis horas, la economía está paralizada. Y además no funcionan las cámaras de vigilancia ni las alarmas. Es la hora del descontrol. Es la hora de los robos y del vandalismo.12 horas después del apagón, “la situación es crítica” debido a un déficit de información y coordinación y las fuerzas de seguridad se ven desbordadas ante la creciente frustración de la población. Cuando se cumplen 24 horas del problema, dice García, “el impacto en la sociedad es devastador” porque los propios gobiernos tienen dificultades para comunicarse y gestionar conjuntamente la crisis. El pánico se extiende. La situación sería límite. En ese sentido, defiende este especialista, hay una “necesidad de desarrollar infraestructuras de respaldo y estrategias de contingencia ante posibles escenarios de desconexión global”. Una sociedad digital debe tener un plan B.