Tuvalu es un país de Oceanía del que habrás leído muy poquito. Es el cuarto más pequeño del mundo. Uno de los menos poblados. El que tiene el menor PIB. Y uno de los países en el top 50 de los que menos PIB per cápita tienen. Muy lejos de ser una potencia con escaparate mediático. Quizás por eso no lo sepas aún: el 100% del territorio de Tuvalu se halla en riesgo de desaparición a causa del cambio climático. Y es que el nivel del mar no para de aumentar y amenaza con engullir las islas que lo conforman. El riesgo es tan real que Australia les ha otorgado la primera visa climática de toda la historia para que puedan migrar a un territorio menos inseguro.
Hasta el momento, y de las casi 11.000 personas que viven en el país oceánico, 1.124 han solicitado la visa, lo que asciende a 4.052 ciudadanos de Tuvalu teniendo en cuenta a sus familiares directos. Lo más normal, partiendo de que el país va a sufrir cada vez con más intensidad los efectos del calentamiento global, es que más y más tuvaluanos la vayan pidiendo y crucen los dedos para tener la suerte de ganar el sorteo. Porque no: no la va a conseguir todo el que la pida del tirón, sino que Australia se limitará a otorgar 280 por año. La urgencia no es inmediata, pero el ritmo podría ser demasiado lento. Todo depende de si empeoramos el cambio climático o no.
Pero no es simplemente una visa para permanecer en el país. Como explican desde la BBC, el programa promovido por el gobierno australiano incluye la posibilidad de viajar dentro y fuera del país, “acceso al sistema de salud nacional, subsidios para el cuidado infantil y la posibilidad de estudiar en escuelas y universidades con el mismo plan que reciben los ciudadanos australianos”. Puede parecer algo anecdótico, pero en el escenario de negacionismo y conservadurismo en el que se encuentra ahora mismo el mundo esto es un hito histórico. Es un gesto de solidaridad. De empatía. De tener en cuenta que las consecuencias del calentamiento son de todos.
De hecho, y siendo honestos, son más responsabilidad de las grandes potencias y los países desarrollados que de estos minipaíses como Tuvalu. Tristemente es la historia de siempre: los ricos la lían y los pobres lo sufren. En ese sentido, es muy importante que todos los países del mundo se comprometan con la humanidad y colaboren en planes de ayuda a los territorios más afectados por el cambio climático. No podemos desentendernos y dejar que se ahoguen, que ardan o que intenten subsistir en un terreno ya sin ninguna fertilidad. Las visas climáticas deben expandirse y convertirse en un modelo común de relación entre países. Es el futuro que nos espera.