El cambio climático ha multiplicado el surgimiento de las olas de calor. Algunas incluso podrían ser consideradas tsunamis de calor. Como tuiteó recientemente el científico principal de Berkeley Earth, Robert Rohde, “los Centros Nacionales para la Predicción Ambiental han colocado la temperatura promedio de la Tierra ayer como el día más caluroso hasta ahora medido por humanos”. Fue a principios de julio, tal y como cuentan desde Inverse, pero lxs expertxs preven que pueda superarse este récord en las próximas semanas. Es una locura. Una que ha llevado a un equipo de científicxs a preguntarse cuánto calor podemos soportar los seres humanos antes de morir. Necesitamos prepararnos.
La respuesta, sin embargo, resulta más dramática de lo que podrías imaginar. Según indican desde el mencionado medio, “los investigadores de la Universidad de Roehampton, en el Reino Unido, determinaron que el cuerpo humano no puede regular su temperatura corporal central cuando el clima alcanza los 40 grados centígrados, especialmente si hay una humedad ambiental de moderada a alta”. A partir de ahí, empiezan a producirse errores en el funcionamiento fisiológico que comprometen tu salud, tal como mostraron los hallazgos del estudio, presentados en la Conferencia Anual de la Sociedad de Biología Experimental en Edimburgo. Pero hay un detalle importante más.
Al parecer, y según los resultados de una prueba realizada durante la investigación en el que se medían los ultrasonidos del corazón de hasta 24 participantes, existen diferencias entre cómo gestiona el cuerpo de las mujeres y de los hombres esas temperaturas tan extremas: “la frecuencia cardíaca de las mujeres aumentaba más que la de los hombres, lo que sugiere que sus cuerpos pueden ser menos eficientes para deshacerse del exceso de calor”. O dicho de otra manera: la irresponsabilidad respecto al medioambiente, el descuido del planeta y de las consecuencias de la actividad personal en el clima, tiene consecuencias en la desigualdad. Porque les afecta mucho más a ellas.
En cualquier caso, está claro que el cuerpo humano, como el de cualquier otra especie, ha sido diseñado por la evolución para funcionar en un rango de temperaturas concreto. Uno que estamos saltándonos cada vez más como consecuencia de los episodios meteorológicos extremos a los que estamos expuestos cada año a causa del calentamiento global. Según lxs investigadorxs, podría ser que la dilatación de los vasos sanguíneos que provoca el calor reduzcan la tensión arterial y obliguen al corazón a trabajar más. Otra teoría es que las moléculas que forman parte de los procesos metabólicos de tu cuerpo se activan más por el calor. Sea como sea, las altas temperaturas no le sientan bien. Estamos en un lío.