La Rioja permite cazar lobos salvajes y llevarse su cabeza como trofeo

No tiene nada que ver con el control poblacional científico. Es matanza deportiva

Mantener los ecosistemas equilibrados puede ser desafiante. Sobre todo en un siglo XXI en el que estos se encuentran desvirtuados por la injerencia humana. Sí, es importante proteger a las especies en peligro de extinción, pero también lo es controlar a aquellas poblaciones cuyo aumento puede representar una amenaza para la estabilidad de las cadenas tróficas. Es el caso del lobo. Por eso en comunidades como Asturias o Cantabria se hacen capturas selectivas por parte de expertxs ambientalistas. En la Rioja, sin embargo, y para vergüenza de todo un país, se vuelve a permitir la caza de este animal simplemente por disfrute.

Y obviamente las organizaciones dedicadas a la protección ambiental y animal han salido al paso para quejarse. Algunas, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), y según cuentan desde El País, han pasado directamente a la acción y han presentado una denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja. Lo ha hecho porque, según ha declarado la organización, la medida implica “abrir la puerta a la caza sin límites del lobo porque ya no existe ni siquiera un máximo claramente definido y no se tienen en cuenta los datos científicos actualizados sobre el estado de conservación de la especie”. Y esto es un matiz importante.

¿Por qué? Pues porque mucha gente, representada por los partidos de derecha en el Congreso de los Diputados, afirman que cazar lobos libremente es necesario para que la especie no se descontrole y termine afectando a la ganadería. Algo que no se sostiene: el control poblacional de las especies animales lo realiza la administración pública, que es la que dispone de información estadística precisa sobre cada una de ellas. Que cualquiera de nosotros salga escopeta en mano a pegarle tiros indiscriminados a los lobos no tiene ningún sentido. Lo más probable es que se termine poniendo a la especie en una situación de extinción.

Pero es que además el caso de La Rioja es especialmente absurdo porque, escriben desde el citado medio, “es una de las comunidades autónomas en las que vive la especie con menos ejemplares”. Apenas una manada y otras cuatro manadas a medio camino entre esta comunidad y Castilla y León. No es que haya sobrepoblación. Es simplemente que a muchos señoros les apetece matarlos. De hecho, la nueva orden de La Rioja les permite llevarse su cabeza como trofeo por 1.298,67 euros, lo que probablemente active el gen machicompetitivo de esta gente. Pasa y contempla mi colección de seis cabezas de lobo ibéricos en la pared. Patético.