La intención de compra de lxs consumidorxs solía ser ajena a la sostenibilidad de las marcas, de los productos y de los servicios. Ya no. El tan evidente cambio climático ha despertado la conciencia de la gente y ahora importa, y mucho, el grado de contaminación y de explotación de los recursos que se esconde detrás de cada consumo. Prueba de ello es el nacimiento de la Estrella Verde, una nueva categoría de galardón de la Guía Michelin que tiene en cuenta el compromiso de los restaurantes con la protección del medioambiente, así como, obviamente, su nivel gastronómico. O dicho de otra manera: los locales con Estrella Verde son los que mejor combinan sostenibilidad con deliciosidad.
En palabras de los inspectores de la Guía Michelin, “Guía Michelin quiere reconocer y dar visibilidad a aquellos restaurantes que respetan los ritmos de la naturaleza y se esfuerzan por innovar llevando a cabo iniciativas que preserven el medio ambiente mediante la gestión de los recursos y la eliminación de residuos”. Porque cenar en un restaurante de alta cocina es una pasada, pero cenar en un restaurante de alta cocina que no es indiferente al bienestar del planeta es mucho mejor. El placer culpable se convierte en un placer no culpable. Al placer del paladar se suma el placer de la moral. Y en 2024 tendrás hasta 12 rincones diferentes en los que entregarte a esta fusión.
Hasta cuatro de ellos se encuentran localizados en las Islas Baleares, el baluarte de la gastronomía sostenible en nuestro país: está el Andreu Genestra de Mallorca, el Ca Na Toneta de la misma ciudad y basado en productos estacionales, el también ganador de una Estrella Michelín Es Tragón de Ibiza y el precioso Béns D’avalls del municipio de Sóller. Un archipiélago para amantes de la cocina green. Muy cerquita de allí, en Cataluña, tienes otros dos restaurantes con Estrella Verde a tu disposición: El L’Algadir del Delta de Tarragona y el Emporium de Castelló d’Ampuries, ambos incrustados en sendos hoteles muy populares en sus respectivas regiones.
¿Vives en el norte? En ese caso tienes tres alternativas muy jugosas. En primer lugar, la Casa Marcial de Arriondas, en plena Asturias y con un marcado carácter tradicionalista. En segundo lugar, y en la misma comunidad autónoma, el Monte San Feliz, muy abrazado a lo rural. Y para terminar, El Molino de Urdániz, a veinte minutos en coche desde Pamplona y con unos platos que te hacen maldecir cruelmente el plato de macarrones a la boloñesa que te has preparado para almorzar. Por su parte, Castilla y León tiene Barro, Castilla-La Mancha El Molino de Alcuneza y Extremadura el Hábitat Cigüeña Negra, probablemente el más puro de todos. Lujos sí, pero con conciencia.