ChatGPT consume medio litro de agua en cada conversación

Su entrenamiento puede alcanzar los 1.300.000 kilovatios hora de consumo energético

ChatGPT es una de las tecnologías más revolucionarias de las últimas décadas. La prueba definitiva de que la inteligencia artificial cambiará el mundo de una manera radical. De hecho, y según una encuesta realizada por ResumeBuilder, ya lo está haciendo: el 49% de las empresas más grandes de los Estados Unidos usa esta herramienta desarrollada por OpenAI en su día a día y ha despedido a empleados a causa de ello. Su potencial para las organizaciones es increíble. Sus consecuencias para el mercado laboral probablemente también. Pero ese no es el único problema: al parecer, tecnologías como ChatGPT consumen una enorme cantidad de recursos en su desarrollo y en su operatividad.

Es la conclusión de una investigación llevada a cabo por científicxs de universidades de Colorado y de Texas. Como difunden desde Business Insider, “estos investigadores han indicado que el entrenamiento de GPT-3, el anterior modelo lingüístico con el que funcionaba ChatGPT, consumió la friolera de 700.000 litros, según sus cálculos, el equivalente al agua necesaria para refrigerar un reactor nuclear”. Además, este consumo masivo de agua continúa en la fase operativa de la herramienta. En palabras de lxs propixs autorxs del estudio, “ChatGPT bebe el equivalente a una botella de media litro de agua para una conversación sencilla de entre 20 y 50 preguntas y respuestas”.

Los efectos contaminantes

Puede no parecerte una cantidad excesivamente alta, pero piensa que esta inteligencia artificial está siendo usada diariamente por millones y millones de personas en todo el mundo. “La huella hídrica total combinada es extremadamente grande”. Y eso no es todo. Como señalan desde el citado medio, y basándose en investigaciones de El Confidencial, el desarrollo y entrenamiento de ChatGPT1 requirió de un consumo energético de 1.300.000 kilovatios hora. Una auténtica barbaridad. Ahora piensa en todas las inteligencias artificiales que están naciendo y se están diseñando. El coste es tan alto que solo los gigantes millonarios del sector tecnológico pueden permitírselo.

Sí, la inteligencia artificial promete abrir muchísimas puertas. Mejorará la medicina. Mejorará la informática. Mejorará el marketing. Todo está sujeto a una mejora gracias a las capacidades de estas herramientas. No obstante, y como alertan lxs expertxs, tienen efectos negativos que se han de valorar para encontrar respuestas.

La pérdida de trabajos y la contaminación son dos de ellos tal como hemos visto, pero también está el peligro de una guerra nuclear, la proliferación de la desinformación o la expansión de los discursos del odio. De ahí que un grupo de líderes tecnológicos haya solicitado en un manifiesto la paralización de la inteligencia artificial durante seis meses. Como reza el texto, “los sistemas de inteligencia artificial más potentes solo deberían desarrollarse cuando estemos seguros de que sus efectos serán positivos y sus riesgos asumibles”.