Es uno de los mitos fundacionales del racismo moderno: que los inmigrantes sobran porque que el país de turno puede sobrevivir sin ellos perfectamente. Lo llaman autosuficiencia nacional. Y no, no es verdad para nada. Al menos en el caso de España. Según una investigación llevada a cabo por Paula Costa, abogada especializada en migraciones y presidenta de la Asociación de Migración y Derechos Humanos de Navarra, nuestro país necesita de la inmigración para poder salir adelante. Sin ella se vendría abajo el número de habitantes, la economía nacional y el estado del bienestar. Por eso países como Canadá o Alemania se desviven por atraerla.
En concreto, y como explica la propia Costa en su artículo de investigación, titulado ¿Qué pasaría en España si mañana desapareciera la inmigración?, la expulsión de los más de 8 millones de personas inmigrantes provocaría una profunda e irreparable crisis demográfica que haría colapsar el sistema. O dicho de otra manera: si se cumpliera lo que decía Rocío de Meer, portavoz de emergencia demográfica y políticas sociales de Vox, todo se iría a la mierda. Así de claro. No es un pronóstico basado en la emocionalidad ni es un discurso ideológico. Es toda una realidad matemática a la que ojalá no tengamos nunca que hacer frente como país.
Porque los análisis de la investigadora son claros: como ha subrayado en una entrevista con la agencia EFE, sin todas estas personas migrantes y con la tasa actual de 1,3 hijos por mujer de lxs nativxs españolxs, España perdería casi 15 millones de habitantes para 2100. La ultraderecha lo celebra porque lo considera una victoria de raza y cultura. Pero más pronto que tarde estaría llorando por el nuevo panorama político. En palabras de Costa, “no hay factor o elemento de autosuficiencia nacional que pueda solucionar la crisis en el momento y en el estado actual”. Habría muchos empleos sin cubrir y muchas empresas en la quiebra.
Pero lo que haríamos después de expulsar a las personas inmigrantes es elevar la tasa de natalidad de las mujeres que hay aquí. Es la respuesta que te dirán los neofascistas si les pasas esta noticia. ¿Y sabes por qué? Porque a ellos les da igual que eso implicara que las mujeres renunciaran a sus carreras profesionales. De hecho, les parecería bien para que su ego de machito sustentador moviese la colita. Les gusta ver a las mujeres como instrumentos demográficos. Horror. Pero el problema no es solo ético: esos niños tardarían décadas en producir, pagar impuestos y consumir. Y para entonces seríamos todxs muchísimo más pobres que ahora.