Jóvenes extutelados: el colectivo con mayor riesgo de exclusión social en España

“Para ellos cumplir 18 años representa el inicio de una etapa de incertidumbre y de responsabilidad que en la mayoría de casos asumen en solitario”.

Son muchos los colectivos vulnerables que hay en nuestro país y, sin embargo, no hay ni uno solo que presente mayor riesgo de pobreza y de exclusión social que el de los jóvenes extutelados, según informaciones de Aldeas Infantiles de las que se hace eco El Periódico. Sí, durante años reciben los cuidados del sistema de protección pública, pero una vez alcanzan la mayoría de edad deben abandonarlo y enfrentar la realidad por su cuenta. Sin redes familiares. Sin redes de apoyo social. Sin recursos. Sin estabilidad. El Estado les suelta repentinamente de la mano sin ofrecerles ayudas con las que integrarse en la sociedad y abrirse paso laboralmente.

Las cifras son tremendas: según la oenegé, cuatro de cada diez jóvenes extutelados se encuentra en estos momentos en riesgo de pobreza o exclusión social. Un porcentaje muy superior al de la población en general: se sitúa en un 24,5%. Ninguno de ambos números es para tomárselo a broma, y refleja la triste realidad de que España está muy por encima de la media de la Unión Europea en términos de pobreza, pero lo de los jóvenes extutelados es insostenible. En palabras de un portavoz de Aldeas Infantiles, “para ellos cumplir 18 años representa el inicio de una etapa de incertidumbre y de responsabilidad que en la mayoría de casos asumen en solitario”.

Y es que la pobreza se transmite. Piénsalo. Sin nadie a tu alrededor que te ofrezca ayuda, tienes que abandonar pronto tus estudios para ponerte a trabajar en algún empleo precario con el que sobrevivir. Eso ya limita tus opciones de futuro. Pero es que además ese poco dinero que cobras tienes que invertirlo en pagarte un alquiler porque no puedes quedarte en casa de ningún familiar ni amigo. Y eso si consigues el alquiler, porque con un contrato precario y sin aval de nadie es muy probable que te rechacen. Súmale a esto el desgaste psicológico de sentirse solo y tienes el cóctel perfecto para que tu situación vulnerable se cronifique. Te quedas atrapado.

Por eso desde esta organización piden un enfoque más extendido de la protección. Porque “la pobreza se hereda, pero no es un destino inevitable, se puede esquivar con los apoyos adecuados”. Apoyos que no se corten a los 18 años, sino que se extiendan hasta los 25 para garantizarles la igualdad de oportunidades que merecen. Además, hay un trabajo de concienciación social por hacer para derribar los prejuicios que pesan sobre ellos y que complican aún más su acceso a buenas oportunidades vitales. Abandonarlos a su suerte no es humano ni es bueno para el resto de la sociedad. Ellos pueden aportar muchísimo. Solo necesitan acompañamiento.