La gente necesita esperanza. Y cuando el mercado laboral y la geopolítica mundial te la roban, como está ocurriendo en este presente de precariedad y conflictos armados, aumenta la probabilidad de que la busques en la fe. Es un fenómeno que está pasando. Sí, cada vez más jóvenes levantan la mirada al cielo con el deseo de encontrar optimismo en Dios. El problema es que, como siempre, hay personas dispuestas a aprovecharse de ello. Como las que están detrás de HAM, una asociación que organiza retiros católicos ultrasecretos y que ahora, revela el periodista John Tones, está siendo investigada por presuntos abusos continuados.
Qué es exactamente la HAM
Hace unos años comenzaron a ponerse de moda los retiros de catolicismo guay. Los Effetá para la gente de más de 30 años y los Emaús para gente de entre 18 y 30 años. Pero la dinámica es la misma: te presentas allí, entregas tu smartphone y formas parte de unas dinámicas de grupo y de unos rituales de los que no puedes decir absolutamente nada. En palabras del propio Tones, “el lema de estos retiros es lo que aquí se dice, aquí se queda”. Unas palabras que ya de por sí generan sospechas. Es el típico mensaje de cualquier secta. El rollo somos especiales y nuestra verdad no debe salir de aquí. Pues bien: la HAM es la asociación que los organiza en nuestro país.
Denuncias por abusos continuados
Las Hermanas del Amor Misericordioso (HAM) llevaban funcionando en España desde 2007. Y que lo haya escrito en pasado no es casualidad: tras las denuncias de muchas de las personas que pasaron por sus retiros, a quienes desde la organización apodan caminantes, el Arzobispado de Madrid ha decidido disolverla y eliminar todo lo que había de ella en internet. Olvídate de curiosear en el canal de Youtube de HAM y cosas así. Pronto solo quedará registro en artículos como este. Pero los Effetá y los Emaús de HAM han sido muy reales y, según los testimonios de algunxs de los afectadxs, incluían una serie de actitudes y comportamientos inmorales e ilegales.
Como explica este periodista, las denuncias abarcan “herejías, abusos sexuales, abusos espirituales y abusos de poder, así como comportamientos considerados sectarios como apartar a los jóvenes de sus familias”. Además, y fuera de los retiros, parece ser que en HAM se producían incidencias afectivo-sexuales que comprometían el derecho a la dignidad y la seguridad sexual de quienes participaban en ella como voluntarixs. Ahora, y tras la investigación interna por parte del Tribunal de la Rota, perteneciente a la Iglesia, llega el turno de la Guardia Civil. Veremos dónde lleva esto. Quizás terminemos descubriendo que todo era aún peor de lo que parece.