Cada vez son más las personas en España que sueñan con dejar atrás la vida en la ciudad y mudarse a un pueblo. Según un estudio reciente de Fotocasa, el 63 % de quienes buscan vivienda afirman que les gustaría mudarse a una zona rural. Este deseo es especialmente fuerte entre aquellos de 18 a 44 años, una franja que está repensando su futuro y la forma en que quieren vivir.
Este fenómeno no es casualidad. Ya sabemos que el auge del teletrabajo, el hartazgo por los precios del alquiler en las grandes ciudades y la moda de la ‘slow life’ han despertado el apetito de muchos citadinos por la vida rural.
En algunos casos, ya no es necesario estar en el corazón de la ciudad para acceder a oportunidades laborales, y mucha gente comienza a priorizar otros aspectos como la tranquilidad o el coste de vida más asequible.
Sin embargo, aunque la idea de mudarse a un pueblo parece atractiva para muchos, la realidad es que España todavía está lejos de alcanzar los niveles de otros países europeos en cuanto a población rural. Todavía hay mucha “España vaciada” que llenar.
Y es que, actualmente, solo el 13 % de los españoles vive en zonas rurales, una cifra bastante baja si la comparamos con el 26 % de media en Europa. De hecho, España se encuentra en los últimos puestos de la lista, solo por delante de Malta y Países Bajos.
Falta una consolidación del teletrabajo
María Matos, directora de Estudios de Fotocasa, señala que las ciudades siguen ejerciendo una gran atracción por sus oportunidades laborales y de ocio, lo que limita la capacidad para dar el salto a las zonas rurales.
A pesar del creciente interés, solo el 12 % de los encuestados tiene planes concretos de mudarse a un pueblo, una cifra que ha bajado respecto al año pasado, cuando era el 15 %. Una de las principales razones es la caída del teletrabajo: en 2023, el 6 % planeaba teletrabajar desde una zona rural, mientras que este año solo el 4 % lo contempla como una posibilidad real.
Lo curioso es que, aunque los planes de mudanza hayan disminuido, las aspiraciones no. Hoy en día, el 51 % de las personas afirman que les gustaría vivir en un entorno rural, aunque no tengan posibilidad de hacerlo a corto plazo.
El deseo de mudarse a un pueblo sigue vivo, pero la realidad de hacerlo está llena de obstáculos. Las ciudades continúan siendo el foco de oportunidades, y aunque el sueño rural se mantiene, muchos aún no ven factible ese cambio de vida. Pero ¿quién sabe? Quizá con el tiempo y más apoyo institucional, este sueño se haga realidad para más personas.