Ninguna de las personas que asistieron a la fiesta callejera de Halloween en Seúl, Corea del Sur, pensó que terminaría atrapada en una avalancha humana en mitad de un pasaje de apenas tres metros de anchura. Ninguna de las 155 víctimas lo pensó. Pero, desgraciadamente, los eventos multitudinarios, los desastres naturales o incluso los ataques humanos pueden desencadenar situaciones de estas características. Unas situaciones que, según cuenta en The Conversation el investigador especializado en comportamiento de masas Mehdi Moussaid, del Instituto Max Planck, se vuelven muy peligrosas a causa de las ondas de choque generadas por las multitudes.
Mira hacia arriba
Y ojalá nunca tengas que verte en una así. Ojalá. Pero nadie puede garantizarlo al 100%. Por eso el propio Moussaid tiene varios consejos que darte, el primero de los cuales es muy sencillo: mantener los ojos abiertos para reconocer el epicentro de la aglomeración, buscar la salida más cercana y escapar. “Y no olvide mirar hacia arriba: tal vez encuentres una vía de escape rápido escalando una barrera o subiéndote a la barra de un bar”. Lo de rápido no es trivial. La segunda recomendación del experto es precisamente actuar con velocidad, puesto que el resto de personas apuntarán a las mismas salidas y podrían embotellarse también. Además, tu salida aliviará la presión sobre los demás.
Aléjate de las paredes
La tercera es trascendental. Pero de verdad: “Pase lo que pase, permanece de pie o, de lo contrario, te verás atrapado en una situación crítica. Ten especial atención con las mochilas u objetos abandonados que puedan hacerte perder el equilibrio”, escribe Moussaid. Cuarta, respira con tranquilidad y no desperdicies oxígeno gritando, ya que “será tu más preciado recurso”. Después de todo, la mayoría de muertes durante estas tragedias se producen por asfixia. Quinta, repliega los brazos sobre el pecho para “proteger la caja torácica y mantener algunos centímetros de espacio alrededor de las costillas y los pulmones”. Sexta, aléjate de las paredes para reducir las posibilidades de aplastamiento.
La séptima, también muy importante, pasa por dejarse arrastrar por la marea humana. No conseguirás frenar a la multitud. Solo perderás una valiosísima energía. “Además, al resistirte, podrías aumentar la tensión física, y eso haría que las siguientes olas fueran todavía más intensas”. Por último, la octava, tiene que ver con la empatía. Sí, es comprensible que en una situación así se active tu instinto de supervivencia a toda costa, pero considera que, según este especialista, “el altruismo y la ayuda mutua son elementos fundamentales para evitar una tragedia”. Esto pasa por cuidar a quien tienes al lado para que no se caigan ni se asfixien. Especialmente a las personas más vulnerables