Slacktivismo: ¿puede el 'activismo para vagos' cambiar el mundo?

Aunque requiere una formación más profunda, las redes en estos tiempos lo son todo para los movimientos sociales

La etimología del concepto proviene de slacker vago y activism activismo, por lo tanto el slacktivist se entiende como aquella persona que participa a través de redes sociales en causas sociales de forma puntual y superficial. ¿Cambia eso alguna realidad?

Este es un dilema muy actual y con gran división de argumentos, así que os destaco los cuatro principales que he detectado:

Fake caring

Lo que se traduce por “preocuparse falsamente”. Dar likes, compartir o firmar una petición son parte de lo que se denomina como fake caring. Es un gesto rápido que no implica que en tu vida apoyes la causa, cumplas con el código moral o vivas según esos principios. Ejemplificándolo, en mi caso soy vegetariana pero aún no he dado el salto al veganismo, pese a ello, suscribo, apoyo y creo en el veganismo como la mejor opción. Muchas veces cuando veo publicaciones, artículos o vídeos en pro del veganismo los comparto en mis redes sociales. Es aquí donde nos encontramos con el dilema moral. ¿Debería compartir información sobre el veganismo aunque no sea vegana? Las personas más puristas dirían que éste es un gesto inútil en la lucha y que lo único que consigo es generar una falsa imagen de mi persona parecer vegana sin serlo.

Desvirtuar el activismo

Ser activista significa tomar acción, cuesta imaginarse a alguien tomando acción desde su sofá con tan solo un par de clics. Es fácil entender el cabreo de activistas, donantes y voluntarixs que dedican su tiempo, dinero y esfuerzo para cambiar realidades injustas. Entiendo el desazón que deben sentir cuándo ven a personas “solidarizarse” tan solo de cara a la galería y sin intención alguna de cambiar esa realidad o participar en la lucha.

Si bien es cierto, existe un gran número de causas por las que luchar y cada persona tiene un grado de implicación distinto. Personalmente, la lucha contra el suicidio, en pro de la salud mental, contra la violencia de género y el machismo, son las grandes causas por las que dedico mi esfuerzo, dono y participo activamente. En cambio, en la lucha contra la discriminación sexual o racial soy una slacktivist, ello no quiere decir que no me importen esos movimientos, me parecen igual de importantes que el resto causas que deben llevarnos a una mejor sociedad, pero decido dedicar el tiempo y dinero del que dispongo a aquellas luchas con las que más me identifico.

Visibilizar causas sociales

Quédate con este concepto: El imaginario. Visitan y transitan nuestra mente miles de imágenes y mensajes a diario. De la misma forma que Coca-cola se anuncia constantemente para no borrarse de nuestro imaginario, las causas sociales han de estar presentes. Y compartirlas en nuestros feeds es una forma de tenerlas presentes. Sobretodo desde que las asociaciones sociales y grupos activistas no cuentan con los mismos presupuestos que las multinacionales para visibilizarse y sensibilizar a la población.

No podemos generalizar diciendo que las redes sociales no cambian ninguna realidad. Algunos ejemplos son: #BlackLivesMatter, #IcedBucketChallenge o la reciente campaña por parte de muchxs famosxs norteamericanos llamando a votar a sus millones de seguidores. Podríamos señalar la cantidad de gente que compartió información sobre éstas sin tener mucho conocimiento o interés sobre el tema. Pero no nos quedemos en la crítica, tenemos que reconocer y dar valor al impacto social que generan. En el caso del reto #IcedBucketChallenge la asociación americana ASL, gracias a 730.000 nuevos donantes, recaudó casi 42 millones de dólares en menos de un mes.

En la actual situación con COVID-19, donde no podemos organizamos o manifestamos de la misma forma en la que lo solíamos hacer, el slacktivismo se presenta como una alternativa al activismo convencional, es necesario seguir ampliando nuestra perspectiva y dar a conocer distintas realidades.

Crear comunidad

A través de movimientos cómo #Metoo #BodyPositive o #AcnePositivity muchas mujeres hemos encontrado un espacio “seguro” para poder compartir nuestra vulnerabilidad y derrotar estigmas. Esto fue lo que me empujó a seguir creando True Stories sobre acoso sexual y denuncia social, cada comentario como este se volvía fuel para mi creatividad. La fuerza que genera el sentido de  comunidad es más poderoso de lo que en esta sociedad individualista creemos.

Se trata de construir un puente a través del slacktivismo para llegar al activismo, sirviendo éste de pre-sala a una mayor implicación social por parte de todxs. Es VITAL que nos eduquemos, que dediquemos tiempo a investigar otros movimientos para aprender y poder apoyarlos mejor. Busca información, escucha un podcast o mira un vídeo/documental, pero rescata ese tiempo para profundizar sobre estos temas.

El slacktivismo puede ser el principio de una mayor participación social. Sé lo sórdidas que son las redes, pero quiero creer y creo que son más que un montón de empresas y algoritmos. Las redes también son espacios de interacción entre miles de personas. Me hice vegetariana hace 10 años porque vi un vídeo en Facebook que me marcó, me emocioné y entendí mejor la lucha de compañeras como @AsaariBibang gracias a su voz en Instagram, en Twitter mis True Story de denuncia social suman cientos de miles de visitas, y dentro de ese océano de visualizaciones, una fue de una chica que se sirvió de uno de mis vídeos para poder explicarle a su familia una situación de acoso que sufría. Es importante que estemos. No infravaloremos el limitado, pero visible, poder que tenemos en redes.