Por qué nuestras fantasías sexuales cambian según la edad

Lxs jóvenes de 20 años tienen las fantasías más pervertidas de todos

¿Te acuerdas de lo que hacías hace 5 años? Seguramente tu vida era completamente distinta. Cuando somos jóvenes, un año de vida es un espacio inmenso lleno de oportunidades para cambiar, para la transformación.

A medida que nos vamos haciendo mayores, mucha gente busca estabilidad y calma. Nuestros estilos de vida cambian y nuestrxs gustos también. No sé, piensa en una comida que te gustara mucho y de tanto comerla te aburrió. De repente, esa pizza del restaurante favorito de todxs tus amigos empezó a tener un sabor repetitivo y empezaste a ver todos sus defectos. Pues también pasa con el sexo y las fantasías sexuales.

¿Pero cómo y por qué cambian nuestras fantasías?

El psicólogo Justin J. Lehmiller ha estudiado a lo largo de su carrera las fantasías sexuales de más de 10.000 personas en todo el mundo. Y se ha dado cuenta de varias cosas: primero, que las personas de 20 años somos las más pervertidas. En cambio, las personas entre 40 y 50 años tienen la mayor cantidad de fantasías sobre la no monogamia y tener varias parejas. ¿Tiene sentido, no? Tenemos ganas de experimentar, de hacer las cosas más locas, de probarlo todo. En cambio, a los 40 o 50 años si estamos con nuestra pareja con la que ya lo hemos hecho todo, quizá soñemos en cambiar y que nos lo haga otra persona.

Aunque a veces tendemos a pensar en que la personalidad es algo estático, que no cambia, lo cierto es que sí lo hace. “Yo me transformo”, como decía Rosalía. Pues sí, aunque nos empeñemos en decir que la gente no cambia, hay rasgos y patrones de nuestra conducta que inevitablemente lo van a hacer. Es lo que tiene estar vivo, vaya.

Lo que ha visto este psicólogo al entrevistar a 4.000 estadounidenses es que hay un pico alrededor de los 40 años en que la gente tiene muchas fantasías sobre estar follándose a otra persona. Luego de eso va bajando y ya no vuelve al nivel de fantasía que se tiene cuando se es joven. Ojo, que quede claro: tengas la edad que tengas, pensar en otra persona mientras tienes pareja es completamente normal. Es una fantasía, y soñar nunca es malo. Según este psicólogo, al parecer las personas que más piensan en compartir cama con otra persona suelen ser extrovertidas, abiertas y sociables. Y los que saben gestionar mejor el estrés y tienen más estabilidad emocional, pues también les da por estar imaginándose muchísimo más que el resto aventuras no monogámicas.

Lo mismo pasa con el BDSM. Los jóvenes fantaseamos más con que nos amarren, nos den palmaditas y nos hagan un poquito de daño mientras follamos. También son más comunes entre las mujeres que entre los hombres.

Sin embargo, como advierte el psicólogo estadounidense, nuestras fantasías son complejas. Dependen de cada persona, y tampoco está demostrado que haya una correlación clara (es decir, una causa consecuencia evidente) entre nuestra personalidad cambiante y nuestras fantasías. Lo más importante es esto: disfruta de tus oscuros deseos, atrévete a contárselos a tu pareja, e innova y permítete sentir eso que tu mente te pide. O simplemente, disfrútalos en silencio en tu cama mientras te masturbas.