Sería increíble poder tener apoteósicos orgasmos con la mayor facilidad del mundo. Y no solo por una cuestión de placer, que también, sino por el hecho de que estos momentos de clímax generan una cascada de endorfinas y otras hormonas que disminuyen el estrés, alivian el dolor y contribuyen a que duermas mucho mejor. Vamos, que traen bastante bienestar psicológico a tu vida. El problema, aunque más adelante veremos que no es exactamente una buena palabra para referirnos a ello, es que existen periodos en los que sencillamente no puedes llegar al orgasmo. Y sí, es muy frustrante, especialmente cuando tienes la expectativa de tener que correrte en cada acto sexual.
En este sentido, asegura en Poosh la sexóloga Juliette Allen, mundialmente conocida gracias a su podcast The Authentic Sex Podcast, “es muy común pasar por periodos en los que no se puede llegar al orgasmo” ya que “todos pasamos por altibajos en la vida y estos vaivenes tienen un gran impacto en nuestro potencial orgásmico”. De ahí que su primera recomendación vaya encaminada a no obsesionarse: “No te estreses demasiado puesto que solo empeorarás la situación”. En su lugar, contémplalo como lo que es, una etapa transitoria que, del mismo modo que te ocurre a ti, le ocurre al resto de la gente en determinados momentos de sus vidas. No te está pasando nada especial.
Razones concretas
En concreto, apunta esta especialista, “algunos de los cambios de vida que más comúnmente afectan al orgasmo son el aumento del estrés, el cambio de trabajo, la ruptura sentimental, el embarazo, la crianza de los hijos, las enfermedades, la muerte de un ser querido o cualquier otro tipo de trauma”. De hecho, podrías utilizar esto que estás experimentando como motivante para reflexionar acerca de lo que está ocurriendo en tu vida a otros niveles. Quizás esta anorgasmia temporal te sirva como alerta de que tu trabajo te tiene destrozado y es hora de cambiar de aires o de que no has superado un evento difícil del pasado. Tu falta de orgasmos es solo una consecuencia. Pasa algo más.
En muchas ocasiones, este “algo más” está estrechamente vinculado con las relaciones románticas. En las palabras de Allen, “el estado de una relación también tiene un gran impacto en el orgasmo y si no prospera en su conjunto la capacidad de alcanzarlo puede caer en picado, como si nuestro cuerpo desmantelara intencionalmente nuestra libido y nuestra capacidad de disfrutar cuando nuestra energía se consume tratando de soluciones los desafíos de la relación”. Nuevamente, debes aprovechar la anorgasmia para analizar tu relación y ver si existe en los términos que desearías. En caso de que no, concluye la experta, haz los cambios necesarios para que haya más armonía y amor.