Las conversaciones por Whatsapp estaban siendo una delicia. Le habías encontrado inteligente, generosx, relajadx y con esa pizquita de gracia que tanto te gusta. Pero al trasladar la relación al mundo real, al dar ese paso tan arriesgado de quedar cara a cara... comprendiste que tus sospechas se habían quedado muy cortas: esa persona parecía hecha para ti. Te gustaba nivel “pero qué es esto” y comenzaste a fantasear con un futuro juntos en una cabaña en mitad del bosque. Así que, quizá en esa misma primera cita o quizás en la siguiente, decidiste lanzarte. Estaba en la misma página que tú y fuisteis directos a la cama movidxs por unos genes ansiosos. Y sí, fue una absoluta y desconcertante decepción.
No obstante, y antes de que cometas una estupidez, es importante que escuches lo que la psicoterapeuta sexual Shannon Chávez tiene que decir en el medio estadounidense Poosh respecto a este asunto: “No es raro que el sexo no sea bueno la primera vez que estás con una pareja”. Después de todo, no conocéis vuestras preferencias sexuales, no conocéis vuestros cuerpos, no conocéis vuestros límites y, en definitiva, apenas sabéis nada de la otra persona. Sin ese conocimiento, estáis ciegos, tratando de hacerlo lo mejor posible en la oscuridad. Además, y si lo que te preocupa es que estuvo torpe, recuerda que para algunas personas las primeras veces sexuales pueden estar rodeadas de nervios.
Las expectativas generan presión
Y eso no es algo que tú puedas evitar. Lo que sí está en tu mano, dice la propia Chávez, es “tener expectativas realistas sobre el primer encuentro sexual con una persona, de modo que permitas que mejore con el tiempo a medida que vais sabiendo lo que cada unx quiere en lo que respecta al placer. Tómate un momento para respirar y ten en cuenta que el mal sexo no significa que tú o la otra persona seais malxs amantes. Por lo general, es el resultado de problemas de comunicación y miedos irracionales sobre lo que la otra persona está pensando o esperando del sexo, desencadenando la ansiedad”. Te encanta. Le acabas de conocer y te encanta. No lo mandes a la mierda por una noche de sexo aburrido.
En su lugar, y cuando te sientas lo suficientemente cómodx, exprésale de manera constructiva tu insatisfacción con el sexo actual y ayudale a comprender qué prefieres para que pueda ir asimilándolo. Del mismo modo, escúchale tú también y presta atención para descubrir sus puntos de placer. Sí, habrías preferido que todo encajara desde el principio, pero esto no es una comedia romántica mainstream. Es la vida real. Y aquí tienes que saber lidiar con esos gramitos de frustración. En palabras de esta psicoterapeuta, “acepta el sentimiento de decepción y no te sientas culpable por ello: es mejor abrazarlo que negarlo”. Pero no sucumbas a la salida fácil a la que te empuja. Dale a lo vuestro otra chance.