La falta de sexo en pareja es más normal de lo que creemos. El día a día muchas veces no es fácil y pasado el tiempo acabas valorando más poder dormir tus ocho horas (cosa que no es fácil conseguir) que despertarte cansadx al día siguiente. Aunque ello conlleve no tener relaciones sexuales. Sobre todo porque sabes que al final tendrás otra ocasión para hacerlo. Puede pasar que, por diferentes circunstancias, estés un mes sin follar, pero claro, si eso ya se alarga dos o tres meses, y tú o tu pareja no lo echáis en falta, puede que sea necesario prestarle atención.
El sexo es uno de los pilares de una relación. Obviamente, no es el eje central, pero es una de las partes fundamentales para que la cosa vaya bien. En el sexo también se refleja el estado de ánimo de la relación, es como un termómetro de cómo te sientes tú respecto a tu pareja. Aunque esto último hay que cogerlo con pinzas porque no es lo mismo los tres primeros meses de relación que cuando ya llevas tres años. Por mucho que nos duela decirlo, la rutina te acaba arrollando como un camión y al no tener el plus de novedad, pues hay menos alicientes. Pero eso no quiere decir que os queráis menos.
Es muy difícil estandarizar o establecer un parámetro para cuando deba considerarse que la falta de sexo en una relación es algo preocupante. Lo mejor, más que hablar de falta de sexo, podría ser hablar de falta de deseo sexual hacia tu pareja. Porque puede darse que algunx de lxs dos esté pasando una mala temporada, o que tengáis horarios laborales completamente distintos, y sea muy difícil encontrar un rato para tener sexo. Porque esta es otra, nadie se apunta que el sábado a las 6 de la tarde toca polvete. Es sexo, no una clase de zumba. La gracia de ello es la espontaneidad del momento.
Asimismo, si tú o tu pareja estáis pasando por una depresión, luto o similares, es muy comprensible que no haya sexo. Ahora bien, si evalúas la situación, y en el fondo resulta que en lugar de mucho trabajo lo que pasa es que no tienes deseo hacia tu pareja, entonces sí que hay algo por lo que preocuparse. Sobre todo porque puede estar indicando que algo no va bien. Ojo, esto no quiere decir que vayas a cortar o que lo tengáis que dejar. Simplemente, puede que haga falta revisar cómo está funcionando vuestra relación para ver si hay ciertas dinámicas o conductas, que por lo que sea no os sientan bien.
La otra opción es que también estéis (o estés) en un punto de la relación en la que puede que necesitéis innovar. Aquí ya cada uno con sus ideas o propuestas: desde introducir nuevos juguetes sexuales a plantearse, abrir la relación. Aunque, esto último, mejor hacerlo sabiendo que estáis en un buen momento como pareja.