El mayor mito sobre el deseo sexual en relaciones largas, según una sexóloga

Estresarte por querer tener más deseo sexual es contraproducente

La mayoría de las consultas que reciben lxs sexólogxs tratan sobre el deseo. ¿Es normal tener tan poco deseo sexual? ¿Qué hago si mi pareja tiene más ganas que yo? Pues qué tal si te digo que la narrativa que nos han enseñado sobre el deseo es incorrecta.

Cuando empezamos a tener relaciones, quizá creemos en esta historia anticuada sobre cómo funciona el deseo. Se supone que al principio de una relación todo es pasión e intensidad, y eso puede durar un tiempo. Pero después, con la rutina y las obligaciones, la chispa se apaga. Para que no se extinga, se supone que “tenemos que invertir nuestro tiempo, atención e incluso nuestro dinero para mantener vivo el fuego del deseo”, cuenta a The Guardian la educadora sexual Emily Nagoski.

Nagoski tiene un libro: “Tal como eres”, en el que explica por qué esta teoría está totalmente equivocada. Básicamente porque pone foco en el deseo, cuando en lo que realmente tendríamos que centrarnos es en el placer. ¿Y eso por qué? Porque cuanto más nos preocupamos en obtener esa “chispa”, más difícil será para nosotrxs conseguirla. Lo importante con el sexo a largo plazo “no es cuántos orgasmos tengas o incluso con qué entusiasmo anticipas el sexo, sino cuánto te gusta el sexo que estás teniendo”, añade Nagoski.

Para empezar a cambiar de perspectiva, quizá podemos empezar a familiarizarnos con dos términos: el “deseo espontáneo” versus el “deseo responsivo”.

Deseo espontáneo VS. deseo responsivo

El deseo espontáneo es esa llamada chispa que llega como de la nada y que nos hace querer tener sexo repentinamente. En cambio, el deseo receptivo es más bien “una apertura para explorar el placer y ver hacia dónde va”. Suele planificarse con anticipación para estar relajadxs, y sería algo como tenderse en la cama e ir rozando el cuerpo de tu pareja, para que tu cuerpo se despierte. El deseo responsivo surge en respuesta al placer.

Los dos son normales y ninguno es mejor que otro. Pero el segundo se identifica con mejores relaciones sexuales a largo plazo. ¿Qué es el placer? Obsérvate cuando comes tu plato favorito, observa lo que hace tu cuerpo, lo que siente tu cuerpo ante el placer. ¿Parece simple, no?

Pero eso no significa que siempre sea fácil. Nos han mentido acerca de la naturaleza del placer, al decirnos que se supone que tiene que ser fácil y obvio, y si no es que hay algo mal en nosotrxs. Pero el placer no se trata de tocar el lugar correcto del cuerpo de la manera correcta. Es el ”lugar correcto, de la manera correcta, por la persona correcta, en el momento correcto, en las circunstancias externas correctas y en el estado interno correcto”, según la sexóloga. Es decir, una sensación en un contexto adecuado.