Un NPC (Non-playable character) es un personaje de videojuego que no tiene autonomía propia y detrás del cual no hay una inteligencia real, sino un código de acción-reacción preprogramado. Son individuos de la obra que siguen el guion establecido, que no son muy importantes y que están ahí simplemente para que el personaje del jugador disfrute de verdad. Y esto, escribe en una publicación para Psychology Today la terapeuta sexual Petra Zebroff, puede extrapolarse metafóricamente a algunas personas en la cama: parecen NPCs porque siguen al pie de la letra el guion sexual mil veces mostrado en las narrativas pornográficas. No se comportan con verdadera independencia.
Según la propia Zebroff, y en base a sus experiencias en terapia con cientos de pacientes, la frase que más evidencia que una persona está en modo NPC sexual es aquella de “no sé realmente lo que me gusta”. Algo que ocurre precisamente porque se ha pasado toda la vida siguiendo un modelo sexual poco realista, asimilando que es la única manera de tener sexo, dando por hecho que la otra persona quería todo eso porque “es lo normal”. No obstante, y como ya sabes a estas alturas, no hay nada normal en la imagen estereotipada, sexista y desprovista de emoción que representa la pornografía acerca del noble arte del encuentro sexual. Es todo menos normal. Un disparate.
Aprender a escuchar
Pero el problema no siempre está en que una persona se comporte como un NPC sexual que hace todo lo que se supone que debería hacer en la cama. En ocasiones el problema está en que alguien trate a su pareja sexual como un NPC. Que piense que la otra persona está ahí solo para satisfacer sus necesidades, para recrear una película mental que se ha montado, para utilizarla como un personaje sexual más. Este tipo de personas no escuchan a quien tienen al lado ni se preocupan en exceso por procurarle una experiencia satisfactoria. Se sienten como los protagonistas absolutos del videojuego: el resto de personas son una sucesión de caracteres sin nadie detrás.
Si estás con alguien así, plántate. Porque no te mereces ser tratadx como un NPC. Si eres tú quien actúa como uno, lo primero que debes hacer es consumir menos pornografía y ser críticx con el concepto de sexo que domina en nuestra cultura. Reflexiona. Ve más allá de lo que has oído y visto toda tu vida. Además, también es importante que “respondas a la pregunta de cómo quieres el sexo”. Una vez lo aprendas, tendrás más argumentos para transmitirlo durante el sexo y ganar personalidad en la cama. Si te cuesta comunicarlo, puedes ver un vídeo sexual con tu pareja e ir señalando qué te mola y qué no. Como dice esta experta, “sacar la N de NPC es un viaje que vale la pena”.