Te explicamos por qué siempre te enamoras del mismo tipo de persona

Te cuesta admitirlo, pero la mayoría de tus exs parecen un calco entre sí

Aunque no sepamos definirlo, la verdad es que inconscientemente todxs, o la mayoría, tenemos un “tipo” de persona que nos atrae. Cuando hablamos de tipo no nos referimos a si nos gustan los ojos azules o verdes, o si preferimos personas con el cabello rubio o castaño. Cuando hablamos de tipo, nos referimos a personalidades, a formas de ser. En el peor de los casos también se da el hecho de que, no solo se repite el carácter en cada nueva pareja, sino también las dinámicas tóxicas que llevaron a la ruptura.

Estos patrones de tropezar siempre con el mismo tipo de persona también tienen relación con nuestra personalidad. Tal como narra la psicóloga Raquel Graña en su libro Vivir siendo libre, en su consulta habitualmente se ha encontrado con muchxs pacientes a lxs que les ocurría esto. Como era el caso de mujeres heterosexuales que siempre se acababan emparejando con hombres muy centrados en sí mismos y egoístas. Pero esto sucedía, en parte, porque ellas presentaban un perfil de persona “codependiente”, que necesita cuidar.

Que nuestra personalidad es clave en a la hora de elegir pareja está claro, pero no hay una conclusión definitiva de por qué elegimos unas personas y no otras. Mientras que algunas investigaciones lo achacan a una cuestión de azar y circunstancias personales, también se habla del posible reflejo y rechazo del modelo de pareja de nuestros padres, según los resultados de una encuesta realizada por la Universidad Autónoma de México.

La genética es otro factor que entra en juego a la hora de elegir una persona como pareja. Así pues, esto dependería de las “cualidades” genéticas de la otra persona; que tenga un sistema inmunitario más competente que el nuestro, es uno de los motivos por los que “genéticamente” elegimos pareja. Ya que, a la hora de reproducirnos, conseguiríamos una descendencia “mejorada” en este aspecto.

Ahora bien, la parte genética claramente no la cambiaremos, pero nuestra personalidad sí. Es decir, fijarnos en por qué tendemos a buscar personas que nos acaban haciendo daño y si esto tiene relación con algún trauma pasado, inseguridad o miedo. El primer paso es aceptar que existen unos patrones y querer remediarlos, de hecho lo más difícil de todo esto es que muchas veces no queremos aceptarlo. Seguramente si somos consciente del issue que tenemos, lograremos salir del bucle en el que siempre acabamos con el mismo tipo de persona. O al menos seremos más conscientes a la hora de gestionar nuestras relaciones y emociones.