En algún momento te habrás puesto a contar con cuántas personas te has acostado. No solo esto, también te habrá dado curiosidad con cuántas personas se ha acostado tu pareja. Dependiendo del punto en el que os encontréis quizás el tema salga a la luz y por detrás del diálogo que parece perfectamente normal hay un hilo de orgullo cuando una de las personas ve que, digamos, “ha ganado”. Parece que es un éxito haberse acostado con muchas personas, como si practicar mucho sexo significara que lo haces mejor y que más sabes hacer en la cama. Aunque la experiencia puede darnos la oportunidad de crecer y mejorar, dentro de las relaciones sexuales esto es más bien un mito. Uno de los grandes mitos entorno al sexo porque no, que hayas tenido mucho sexo no siempre significa que seas un buen o buena amante.
Lo primero que ocurre con esta falsa creencia es que la experiencia casi nunca adquiere una visión objetiva y general, esto quiere decir que depende mucho de la persona que tenga la vivencia. Es más, puedes haber estado con pocas personas y haber experimentado mucho o puedes haber estado con muchísimas y no haber experimentado nada. En cualquiera de las dos situaciones existe el mismo riesgo: la falta de comunicación. Si una persona que se ha acostado con muchísimas piensa que siempre lo hace bien quizás pueda ser porque nunca le han dicho “prefiero que lo hagas así o asá”. Además, debemos tener algo en cuenta: cada persona disfruta de algo diferente, quizás a tu ex pareja le encantaba el sexo oral y quizás a tu pareja de ahora no le guste.
Desde luego este mito alrededor del sexo sucede porque valoramos mucho más la cantidad que la calidad y tendemos a pensar que alguien que se ha acostado con pocas personas será un cuadro en la cama. Es más, si te fijas siempre se habla de cuánto sexo tienes por semana o de cuánto dura la relación sexual pero nunca se saca el tema de la calidad de las relaciones sexuales. Si esto se tuviera más en cuenta a lo mejor te bastaría con tener sexo una vez a la semana, ya sabes, buen, buen sexo. Realmente es el sexo de buena calidad lo que nos hace sentir bien antes que la frecuencia. De nada vale follar cada día si el polvo es lo peor.
Para poder salirnos de este mito es necesario saber que es importante aprender a innovar, escuchar a la persona no solo a través de sus palabras, sino a través de lo que su cuerpo comunica, hay que conversar, intercambiar opiniones, estar abiertx a probar algo nuevo, a siempre intentar aprender. Todos estos ingredientes debemos tenerlos presentes porque estamos acostumbradxs a empezar con la práctica sin saber un poco de teoría, esto hace que las primeras veces no siempre se recuerden como buenas experiencias. Hay que aprender a empatizar con el cuerpo de la otra persona y tratar este tema con naturalidad, con humor, con cariño. Y ojo, esto no quiere decir que no se puedan tener polvos rápidos muy ricos. Todo esto es compatible con tener sexo cada día.