‘Scrooging’ o cómo la formalidad navideña termina con tantos casi algo amorosos

Esas relaciones en ciernes tan inestables no aguantan la presión o, peor aún, se vienen abajo por el tacañismo

La temporada navideña es la peor en la que puede pillarte un casialgo. Porque es complicado: en mitad de ese descubrimiento, de esa duda y de ese ver cómo va la cosa poco a poco, te ponen delante las comidas, las cenas y todas las formalidades y no sabes muy bien dónde encajar a esa otra persona. Simplemente porque aún no tienes claro qué es. O que va a ser. Y es confuso. Incómodo en ocasiones. Sobre todo cuando la otra persona va un poquito por delante y lo tiene algo más claro. En este contexto, y según cuenta el especialista Bruce Y. Lee, ocurre que hay muchísimos casialgo que colapsan durante estas fechas. No soportan la presión. No tienen la estabilidad suficiente.

Pero eso es una cosa y el scrooging es otra. Que termines una relación porque la otra persona te pide pasarte un ratito por la fiesta de fin de año en casa de sus colegas y te des cuenta de que no quieres está bien. Quizá es precipitado. Quizá no. Pero éticamente no es reprochable. Son tus sentimientos. Tus intuiciones. El scrooging, por su parte, sí que tiene un punto ciertamente rastrero: en palabras del Lee, “se considera scrooging cuando la razón principal para abandonar a una pareja es evitar pagar los regalos”. O dicho de otra manera: tú, o la persona con la que sales, termina la relación en esta mitad de diciembre para ahorrarse un dinerillo en detalles. Todo mal. Muy mal.

Un poco de asertividad y comunicación

Lógicamente, (casi) nadie está tan mal de la cabeza como para tirar por la borda una relación prometedora simplemente por esto. Y sí, existen personas que no pueden permitirse hacer regalos y no pasa nada. La solución es la asertividad. La comunicación. La honestidad. Oye, me gusta lo que tenemos por ahora y quiero seguir adelante, pero no nos hagamos regalo que voy pillado de dinero. O sencillamente un a mí no me va mucho lo de gastarnos en regalos en plan consumista y prefiero ahorrar. Magnífico. Comprensible. Legítimo. Lo que ocurre es que quien hace scrooging es porque no ve la relación como prometedora y prefiere dar la patada ahora que debe invertir algo a cambio.

Y eso si está más feo. Sobre todo porque raramente será en estas fechas justamente cuando se dé cuenta de que ese casialgo nunca llegará a ser un algo. Ha postergado la ruptura hasta que le ha convenido. No cuando la otra persona parecía estar pillándose y podía sufrir. Ahí no. Ahí le venía bien la ilusión. Es el típico movimiento de me largo ahora que viene jaleo navideño o que viene diversión veraniega. Como siempre, cada situación es un universo con miles de matices, pero hay un término que debería imperar en todas ellas y es responsabilidad emocional. Aunque sea un casialgo, no es una casipersona, es una persona, y merece sinceridad y cuidado. Como tú.