Razones por las que algunas relaciones están condenadas desde el inicio

La falta de interés sexual o de aficiones comunes predicen un mayor número de rupturas

Aviso a navegantes: esto no es una ciencia exacta. El hecho de que algunas de estas razones estuvieran presentes en los albores de tu relación no significa que vuestra historia romántica vaya a terminar mal necesariamente. Pero aumenta las probabilidades. Por ejemplo, que ambos os metierais en la relación llenos de dudas, sin tener claro que fuera la decisión correcta, os hace más susceptible de catástrofe. Como también lo hace el hecho de que lo hicierais porque eráis muy buenxs amigxs y buscarais algo que os proporcionara seguridad. Como dice el terapeuta Stephen j. Betchen, “está bien ser amigx de tu pareja, pero si eso es todo lo que sois podéis llevaros una desagradable sorpresa”.

También es bastante probable que os la llevéis si unx de vosotrxs, o peor aún, lxs dos, transitáis una crisis de identidad durante los comienzos de la relación. En palabras de Betchen, “algunas personas no saben quiénes son o qué quieren: estxs individuxs son peligrosos ya que utilizan la pareja como terreno experimental para descubrirse a sí mismxs”. Generalmente, esto deriva en una relación inestable de idas y venidas, lo que tarde o temprano termina por desgastar el vínculo. Además, en muchas ocasiones la persona inmersa en la crisis de identidad acaba por ubicarse y descubrir que lo que desea está lejísimos de lo que tiene. A las relaciones hay que entrar con la autorrelación bien curtida.

No olvidarse de la atracción física

Y con deseo sexual. Sí, es muy bonito decir que lo importante es la comunicación, la confianza y la seguridad. Y es cierto: sin esos ingredientes la relación estaría coja. Pero también lo está sin la atracción sexual. Según dice este terapeuta especializado en matrimonios, “la necesidad de atracción física en una relación está muy subestimada: la falta de ella deja la puerta abierta para las aventuras y para que algún día aparezca alguien que te excite a ti o a tu pareja”. Después de todo, tanto tú como tu pareja seréis seres sexuales toda vuestra vida. Si se trata de una dimensión no cubierta dentro de la pareja, la aparición de deseos hacia terceras personas aumentará inevitablemente.

Por último está la incompatibilidad de intereses. Y eso no significa que tenéis que tener exactamente las mismas aficiones en la vida. Es lógico que no las compartáis todas. Sin embargo, señala Betchen, “la vida es mucho más fácil y placentera cuando tu pareja tiene los mismos intereses que tú”, en parte porque “ayuda a evitar discusiones sobre en qué pasatiempos gastar dinero y sobre cómo aprovechar el tiempo en familia”. En este sentido, es importante que ambos hagáis esfuerzo por participar en los hobbies de la otra persona. En muchos casos, da lugar a un interés genuino en la materia. En otros, simplemente os hace pasar tiempo juntos. No todo está determinado.