La manera en la que tus padres, u otras figuras cuidadoras, respondieron a tus necesidades de atención, protección y amor cuando eras pequeño determina cómo de inseguro o seguro eres en tus relaciones. Esa es esencialmente la premisa de la teoría del apego en psicología. Y está bastante asentada entre los profesionales. La pregunta es: ¿puedes transformar tu apego inseguro en un apego seguro de alguna forma o estás condenadx para siempre a cargar con ese patrón de sentimiento y comportamiento en tus relaciones? Más bien lo primero.
O al menos eso muestran las investigaciones de la doctora Rachel Olufowote. En concreto, ella y su equipo descubrieron que muchas personas con apego inseguro logran ganar muchísima seguridad a lo largo de sus vidas gracias a las mejoras producidas en tres categorías: son las metacondiciones, las actitudes intrapsíquicas y las actitudes interpersonales. Se volvieron más positivas, más funcionales socialmente, menos dependientes de los demás, más dadores y más buenas amigas. Fíjate cuánto condiciona andar por ahí con un apego inseguro.
Nuevas formas de relacionarse
Entre las metacondiciones, y como cita la psicóloga clínica Vinita Mehta en una publicación para Psychology Today, está el compromiso y la resolución con el cambio, la determinación para superar los contratiempos, la tenencia de figuras de apego sustitutivas a través de las cuales aprender nuevas formas de relacionarse como las parejas o lxs amigxs y la terapia. En palabras de Mehta, "casi todos los participantes acudían a terapia" para sanar sus traumas de la infancia y redefinir sus enfoques de las relaciones. Es una herramienta clave.
Ya no tienes que ser víctima de nada
En cuanto a las actitudes intrapsíquicas, existen dos especialmente relevantes en este proceso de transformación. Por un lado, la reformulación consciente de las opiniones negativas de unx mismx en opiniones positivas. Por otro lado, el abandono de la mentalidad de víctima. Tal y como recuerda esta especialista, "aprender a asumir la responsabilidad es un paso importante para acabar con esta mentalidad". Puede que no seas culpable de tus traumas de la infancia, pero eres responsable de qué hacer con ellos en este preciso momento.
Por último, están las actitudes interpersonales. Y aquí hay dos puntos. El primero, hacer las paces con el pasado. Es decir, modificar las expectativas y sentimientos hacia tus padres. Para ello se requiere una mente abierta capaz de desafiar lo que ya conoce para verlo todo desde otra perspectiva. El segundo, tomar pequeños riesgos de confianza: emprender nuevas relaciones humanas desde ese nuevo apego seguro y esperar que todo saldrá bien. Conforme así sea, tu transformación se reafirmará. Tu modo de vivir las relaciones no está predeterminado.