El orgasmo cervical no es ni el más completo ni el más profundo pero es brutal

Muchos mitos rodean el placer en la zona del cérvix. Nuestro único consejo es que lo busques

A estas alturas seguro que ya conoces qué es un orgasmo y la importancia que tiene en la sexualidad femenina. Realmente, hemos puesto mucho empeño en este tema, abordando desde cómo llegar al orgasmo sin usar las manos e incluso analizando los cómo llegar al orgasmo sin usar las manos. Hoy vamos a hablarte del polémico orgasmo cervical, ¿te suena? La verdad que su nombre puede llevar a equívocos, así que, si nunca has escuchado hablar de él lo primero que tienes que saber es que no tiene nada que ver con tus vértebras cervicales. 

El orgasmo cervical, también conocido como orgasmo cérvico-uterino, debe su nombre al cérvix, pues es la zona que se estimula para lograr la sensación de máximo placer. El cérvix o cuello uterino se localiza en la parte superior de la vagina y conecta la vagina con el útero. Es muy estrecho, flexible y sí, como te puedes imaginar, también bastante sensible. Aproximadamente mide unos 3-4 centímetros de longitud y 2,5 centímetros de diámetro.

Explica Nagore Uriarte, sexóloga, psicóloga y embrióloga que el cérvix se compone de dos partes: el endocérvix y el exocérvix. “En endocérvix es la parte que está en contacto con el útero y sus células son las encargadas de producir el moco cervical que, según el momento del ciclo, favorecerá o impedirá el paso de espermatozoides desde la vagina hasta la cavidad uterina. El exocérvix es la parte que está en contacto con la vagina y es la que podemos palpar en algunos momentos ya que la altura, la posición y la abertura del orificio cervical se va modificando durante el ciclo menstrual. Otro dato importante es que puede variar según la edad y el número de partos.

A menudo quienes hablan de orgasmo cervical emplean un lenguaje muy intenso, cayendo en el misticismo y señalando que es 'el más profundo' o el 'más completo de los orgasmos'. Sin embargo, esto puede ser un poco tramposo. En primer lugar, conviene entender que no existen varios tipos de orgasmos sino varias formas de estimulación para alcanzar el orgasmo. Por ejemplo, como seguro que ya sabes, lo que se conoce coloquialmente como ‘orgasmo vaginal’ se produce por la estimulación indirecta del clítoris. 

Asimismo conviene aclarar que, más allá de que el orgasmo sea una sensación gozosa caracterizada por la liberación de una tensión sexual que se ha acumulado previamente, es una experiencia bastante subjetiva. De modo que, independientemente de que el orgasmo se consiga mediante la estimulación del clítoris, de la vagina o del cérvix, cada mujer lo vive de una forma muy personal. En este sentido, factores como la situación, el estado físico y psicológico o el tipo de vinculación afectiva que nos une a la persona con la que compartimos las relaciones eróticas pueden influir en cómo percibimos la intensidad de un orgasmo. 

Por otro lado, la investigación científica sobre la implicación del cérvix en la respuesta sexual tampoco está clara. “Según Komisaruk et al. 2006 el cérvix estaría inervado a través del nervio hipogástrico, el nervio pudendo y de forma indirecta a través del nervio vago, pero Komisaruk et al. 2006 argumenta que la mera presencia de estos nervios no tiene por qué implicar un papel en la respuesta sexual. Esto es, la presencia de inervación cervical no establecería por sí misma un rol dentro de la respuesta sexual”, comenta Uriarte. A ello, añade: “Una cosa es que el cérvix pueda o no estar implicado en el orgasmo y otra, que exista o no el orgasmo cervical. Creo que la gran mayoría de las personas estaremos de acuerdo en que independientemente de la forma o estimulación a través de la cual se experimente un orgasmo, existe un factor indispensable, que es el deseo. Sin deseo, difícilmente experimentaremos una sensación placentera, pero con deseo, podemos experimentar varías formas de sentir placer y hasta de obtener un orgasmo.”

Si bien es conocido que la vagina solo tiene terminaciones nerviosas en su entrada, puede que algunas personas se estén preguntando cómo entonces puede existir una sensación de placer a través de la estimulación del cérvix. En ese sentido, Sara Giol, fisiosexóloga profundiza en lo siguiente: “Hay que valorar que tanto el placer como el dolor son interpretaciones que hace el cerebro de cosas que pasan, o podrían pasar, en el cuerpo. Así, si hay alguna cosa que asociamos a un momento de placer, en este caso al orgasmo sea del tipo que sea, si es que se le puede bautizar con el nombre del estímulo que reciba, va a ser más fácil alcanzar mayores niveles de placer cuando se lleva a cabo esa estimulación. Entonces, aunque la vagina no tenga sensibilidad, al mover las vísceras de alrededor se pueden tener algunas sensaciones que podrían asociarse al placer. Por otro lado al cérvix llegan algunos nervios que no son sensitivos pero que pueden generar una respuesta orgásmica. Uno de estos nervios es el nervio pélvico, que llega también al ano, a veces parece que el orgasmo por penetración anal es sólo de personas con pene por la estimulación de la próstata, pero en realidad la propia penetración también puede llevar al orgasmo.”

Conocimientos previos 

Antes de localizar el cérvix debes considerar algunas cuestiones clave sobre anatomía y fisiología. Como comentamos anteriormente, el cérvix puede variar. A lo largo del ciclo menstrual, el cérvix varía en su grado de apertura más abierto o más cerrado, posición más alto o bajo y estado de rigidez más blando o duro durante el ciclo menstrual. Partiendo de esto, un buen momento para comenzar con esta exploración es en los días previos a la regla, pues el cérvix estará más bajo.  

Otra cuestión que debes valorar es que conseguir esta estimulación no es fácil. La tranquilidad, la intimidad y la paciencia son elementos fundamentales para explorar esta parte de tu anatomía. Si pese a poner todo tu empeño no lo consigues, no pasa nada. Frustrarte y obsesionarte con el tema no te ayudará la próxima vez que quieras intentarlo. Recuerda que la ansiedad actúa como un factor negativo en la estimulación sexual. Por tanto, si no puedes lograrlo, el consejo es que disfrutes de otras sensaciones que también son agradables y placenteras; o que lo intentes en otro momento. 

En cuanto a la estimulación vaginal, Giol apunta que los tejidos deben estar bien, desde la piel y las mucosas hasta la musculatura y las estructuras ligamentosas: “La penetración no debe ser dolorosa, y si por alguna causa lo es herida, cicatriz, tensión muscular, adherencias se altera la respuesta sexual, y se pasa de un estado de "dejarse llevar" a un estado de alerta”.

Vamos al lío 

Para localizar el cérvix lo primero que tienes que hacer es lavarte las manos. Seguidamente, con cuidado y una vez que estés relajada, introduce uno de tus dedos en la vagina. Si tienes que introducir todo el dedo para tocar el cérvix eso significa que está alto. Por el contrario, si basta con introducir una falange para que lo toques esto se debe a que está bajo. 

  • Prueba sola o en pareja 

Si pruebas tanto sola como en pareja es muy importante que tengas en cuenta lo siguiente: si bien hay que ir de menos a más, la penetración profunda no debería doler. “Si aparece dolor en la penetración es recomendable acudir a una persona profesional de la salud y experta en sexualidad. Se dice en blogs y artículos que la estimulación cervical debe ser con una penetración profunda y que es maravilloso, y hay gente que puede ser que alcance así el orgasmo o no, pero si aparece dolor, entonces algo no está yendo bien. El dolor en la penetración profunda puede venir por causas diversas, por ejemplo inflamación abdominal, tensión muscular, endometriosis, adherencias derivadas de alguna cirugía o estreñimiento crónico, entre otras”, explica Sara Giol. 

  • ¿Y qué pasa si duele?

Obviamente si duele, hay que parar. “Al igual que puede haber personas a las que una estimulación directa del clítoris les resulte demasiado intensa o incluso molesta, también puede resultar incómodo o doloroso el contacto con el exocérvix”, explica Uriarte. Si bien el ‘orgasmo cervical’ se está vendiendo como ‘novedoso’ y ‘trasgresor’, no deberíamos perder la perspectiva. Al respecto, concluye: “existan muchas maneras de experimentar un orgasmo, pero no todas ellas son válidas para todo el mundo ni deberíamos imponérselas a todas las mujeres como parte de su “liberación sexual””.