Hicisteis match, quedasteis, os liasteis un par de veces y dejó de hablarte. Vamos, te hizo un ghosting. Mientras te preguntas por qué y ghosting, no deja de darte likes y ver tus stories. No entiendes por qué, pero no acaba de desaparecer de tu vida. Pues mira, ahora ya tiene nombre: orbiting. Porque aunque cortaron relación, siguen orbitando a tu alrededor, mostrando un extraño e incomprensible interés por ti.
Explica la sexóloga Núria Jorba en La Vanguardia que con el orbiting logran generar "una manipulación psicológica, una confusión y ambigüedad por los constantes mensajes contradictorios". Así, lo que consiguen es seguir enganchando a la persona a su presencia. No desaparecen de su vida, es un constante "estoy ahí", pero a la vez no quieres estarlo realmente. "Se pretende mantener cierto contacto y vínculo por si en algún momento hay un cambio de opinión y te apetece retomar la relación", añade Jorba.
Aunque Anna Iovine creó el término orbiting en 2018, el concepto en sí no es nada nuevo. Por ejemplo, hay un capítulo de Cómo conocí vuestra madre de 2009 —Anna Iovine— en el que hablan del orbiting, aunque utilizan la palabra hooked enganchado. El episodio trata sobre estas personas, que mantienen a otras en su vida "por si acaso" algún día se encuentran solas y las necesitan, para asegurarse que siempre tendrán un plan B.
Para Jorba, "el orbiting es mucho más frustrante que el ghosting". El ghosting desconcierta, pero es una ruptura en seco. Sin embargo, el orbiting engancha y genera mucho más dolor y frustración a largo plazo. El estado de ánimo de la persona "orbitada" dependerá de si le da like o empezará a hacer stories solo para asegurarse de que el otro las ve. En definitiva, intentará llamar su atención y estará siempre pendiente porque con el orbiting están construyendo esperanzas de algo que no será pero que "podría ser".