Llevas solterx toda la vida. Absolutamente toda, nunca has tenido una pareja de más de tres semanas. Llegarás a lo que se considera una vida adulta sin haber experimentado ninguna relación que la gran mayoría de personas de tu entorno sí han vivido. Familiares y amigxs se ven, entonces, capacitados para exponer abiertamente su opinión sobre tu vida amorosa, que si “aún no has encontrado a alguien especial”, que si “cuando estés en pareja sabrás lo positivo que es”, que si “es normal tener miedo al rechazo”… Y así cada cierto tiempo. Poco a poco, y no solo por los comentarios más cercanos sino también gracias a la cultura y lo comúnmente establecido, empiezas a pensar que eso es lo que te ocurre, que sí, que lo que te pasa es que tienes miedo al compromiso. Pero ¿qué sucedería si no es así? O mejor, ¿cómo es posible saber si realmente tienes ese miedo o si es algo impuesto?
Según explican desde Psychology Today quienes profundizan en este ámbito y tienen la oportunidad de tratar o trabajar con personas que se definen a sí mismas como fóbicas al compromiso, encuentran varias similitudes en el discurso y las formas de actuar. De hecho, parecen sugerir que, en realidad, no quieren tener pareja: “Prefieren una pareja que vive a miles de kilómetros de distancia o que tienen trabajos u otras obligaciones que los mantienen alejados durante largo periodos de tiempo. Si encuentran a alguien que vive en la misma ciudad, no quieren dar el paso a la convivencia porque es ‘más sano’ vivir separadxs. Luego están personas solteras que se enamoran de personas que están en pareja, que piensan que en algún momento cortarán la relación pero en el fondo saben que no lo harán”.
Así lo que sucede es que estas personas aparentemente fóbicas al compromiso lo que verdaderamente muestran es que no quieren tener pareja, se sienten crónicamente atraídas por personas que están en una situación complicada. Cuando consiguen, además, estar en pareja, no desean en absoluto abandonar su vida en solitario. Los expertos explican que muchos de los procesos de estas personas pasan por aceptar naturalmente que lo que les sucede es que tienen miedo al compromiso porque es una opinión común del entorno e incluso de algunos profesionales. Vivir solterx es mejor que estar en una mala relación. Vivir solterx no es un plan B ni es una situación pasajera que ‘ya se pasará’. Convivir con unx mismx es satisfactorio, auténtico y significativo y no tiene nada de negativo ni es necesario que se termine por lo que está establecido.
No es fácil aceptar, en un punto determinado de la vida, que se está mejor sin pareja. Sobre todo cuando toda la historia nos ha conducido a construir una unión con una sola persona con la que se supone que tenemos que formar una familia y crecer hasta que se nos acabe el tiempo. La cultura popular, las conversaciones cotidianas e incluso los escritos académicos están empapados con la suposición de que todos quieren encontrar a alguien y tener un compromiso casi eterno. Como le pasa a las mujeres con el hecho de ser madres, quizás no es una decisión y es más bien una imposición. Ha llegado la hora de que nos planteemos realmente qué queremos, más allá de lo que se haya dictado durante toda nuestra vida. Y si ya lo sabes, no tengas miedo de defender tu postura.