Los súpermiedos acerca del amor

Son miedos que van más allá de la preocupación y que evitan que muchas buenas relaciones lleguen a buen puerto

El amor debería ilusionar. Hacerte sentir que estás en una nube. Llenarte de vida. Pero desgraciadamente no es así para todo el mundo: para mucha gente es una experiencia sobrecogedora en la que no pueden relajarse prácticamente ni un segundo. La transitan con temor. “Algunos miedos profundos al amor comienzan temprano en la niñez, otros provienen de relaciones adultas fallidas secuenciales en las que no hubo una resolución adecuada y otros son combinaciones de ambas”, explica la psicóloga clínica especializada en matrimonios Randi Gunther en una publicación para Psychology Today. Pero todos ellos son súpermiedos: condicionan significativamente tu vida romántica.

Como el miedo a que ningún amor dure. En palabras de Gunther, “cualquiera que haya amado profundamente y haya perdido dará fe de lo difícil que es no volverse cínico”. El problema es cuando este pensamiento no se limita a la fase de duelo y se extiende hasta contaminar todas tus relaciones. Y lo mismo ocurre con el miedo a ser demasiado vulnerable. Algunas personas, incluso mucho después de haberse recuperado de una ruptura, continúan rotas, incapaces de arriesgarse. El sufrimiento fue tan intenso que no contemplan la posibilidad de abrirse y que la cosa vaya bien. Sienten que volverán a pasarlo muy mal, así que viven las relaciones desde la superficialidad. Y no funcionan.

Tampoco funcionan aquellas que se desarrollan bajo el súpermiedo al rechazo. En ellas, estás todo el rato ansiosx, exigiendo más muestras de cariño cada vez para sentirte deseadx y amadx. De una u otra manera terminan dinamitando. En la misma línea está el miedo atroz a no estar a la altura. Generalmente ocurre cuando, después de buenos inicios, varias relaciones se fueron a la mierda porque la otra persona dejó de sentir lo que se supone que debía sentir para permanecer a tu lado. Como dice Gunther, en tu cabeza flota una frase demoledora: “Claro, todos me dicen que soy perfecto al principio, pero eso siempre cambia”. Has interiorizado que siempre acabas siendo insuficiente.

También está el miedo a ser controladx, a menudo motivado por experiencias pasadas de abuso, y el miedo a quedar atrapado dentro de las relaciones, lo que suele indicar alguna clase de miedo al compromiso. “Si me meto demasiado en una relación será imposible salir”. Ante eso, la solución parece sencilla: no vivir relaciones auténticas y pasarse la vida saltando de aquí a allá. Y ojo: cuando alguien ama mucho su soltería está bien, el problema viene cuando se anhela internamente el compromiso pero hay un súpermiedo que lo bloquea. Además, dice la experta, está el miedo al equipaje del otro. A que su pasado emocional sea too much. ¿Cuántas bonitas historias de amor habrán evitado estos miedos?