‘Ick’, cuando tu cuerpo rechaza a tu pareja de la noche a la mañana

No tiene por qué significar nada grave. Pero podría serlo...

Todo había ido estupendamente hasta ahora. Las muestras de cariño de tu pareja solían sentirse siempre como algo agradable y hermoso. Un momento de conexión. Un acto que recibías con el corazón bien calentito. Pero de pronto algo cambió. Por primera vez, y sin que entendieses el motivo, esta mañana experimentaste un extraño rechazo hacia tu pareja cuando te abrazó en el sofá. Es como si tu cuerpo se negara. Como si vuestras pieles se repeliesen electromagnéticamente. Como si ya no le amaras en absoluto. No obstante, no es tan grave como parece: según cuentan desde Trendencias, se trata de un fenómeno bien conocido llamado síndrome de repulsión súbita (SRS) o ick.

Y le pasa a muchísimas personas en relaciones largas. En concreto, y tal y como lo entienden lxs expertxs en psicología, el SRS es un momento en el que “algo aparentemente insignificante hace que de manera inmediata tu pareja deje de resultarte atractiva”. Quizás es la forma en la que mastica la comida. O el olor de sus pies después de caminar durante unas cuantas horas. O quizás una actitud infantil que no habías visto anteriormente. Da igual. Es algo subjetivo. La cuestión es que de pronto le contemplas sin filtro amoroso ninguno y pierde buena parte del valor sexual y romántico que suele tener en tu mente. Y, claro, tu cuerpo te pide salir de ahí de inmediato como sea.

Lógicamente, el síndrome de repulsión súbita suele tener lugar una vez superada la fase de enamoramiento. Durante los primeros años de la relación estás tan chutadx de hormonas como la dopamina o la oxitocina que ninguna tara de tu pareja es lo suficientemente crítica como para provocarte rechazo. De hecho, es increíble la manera en la que tu cerebro puede llegar a romantizar y encontrar atractivas actitudes y rasgos bastante poco atractivos objetivamente. Por eso choca tanto el ick: porque viene precedido de una larga etapa de felicidad e interés incondicional. Pasas de estar en una nube a querer que tu pareja deje de acariciarte la pierna de una vez en el sofá.

¿Significa esto que debas ponerle fin a la relación? Depende. Experimentar el ick tiene dos traducciones. Por un lado, que ya has superado la fase luna de miel y habéis entrado en la relación cruda tal como es. Por otro lado, que desde esta nueva situación emocional estás viendo con claridad las cosas que menos te molan de tu pareja. En este sentido, dicen desde el citado medio, “como seres racionales que somos podemos discernir si esos pequeños fallos son tan graves o tan importantes para nosotros como para terminar la relación”. La mayoría de veces no son tan determinantes. Simples tonterías a las que puedes amoldarte. Otras veces sí y toca marcharse bien lejos. Lo descubrirás.