Una infidelidad, por lo general, lleva a la relación a una ruptura o a un gran bache. Si la relación no se rompe, lo que seguro sucede es que se instala entre ambas personas cierta desconfianza y la herida tras el engaño es bastante difícil de cerrar. Hay dolor: es una realidad. Pero ¿qué sucedería si te diera placer saber que tu pareja te es infiel? Justin Lehmiller, fundador y editor de Sexo y Psicología, una página web que se centra en sexualidad, fantasías sexuales y salud sexual, la herida tras el engaño que se puede sentir placer en la idea de la infidelidad y puede incluso seguir sintiéndose cuando esa idea pasa al plano real. El experto denomina a esto engaño erotizado.
“Esto puede ser mucho más excitante de lo que imaginamos. Por ejemplo, cuando les pregunto a las personas que entrevisto o que me hacen consultas sobre este tema ‘¿cuál dirías que es el origen de tu fantasía o deseo?’ Muchas contestaron 'mi pareja me engañó con otra persona, y desde entonces, me ha excitado la idea de que lo haga de forma habitual”, comenta Lehmiller. Para algunas personas, el engaño o la infidelidad es la fuente de la fantasía, del engaño erotizado. Para otras tantas personas pueden ser excitante el hecho de ver a su pareja sexualmente complacida y satisfecha. También hay quienes obtienen gran placer en saber que otras personas encuentran atractiva a su pareja, pero que finalmente con quien tiene una relación fuerte y seria es con ellxs. Las motivaciones psicológicas pueden ser muy variadas.
Si nos adentramos en el plano de una infidelidad suele existir un elemento que podríamos insertar dentro del mundo del BDSM. Y te preguntarás ¿dónde está? Para poder establecer algo de este universo no hace falta pensar en cuerdas y cuero, ya que la persona que está siendo engañada de forma consciente toma un papel sumiso, cercano al masoquismo. Dentro de la investigación que hizo Lehmiller a más de 4.200 participantes en la que buscaba respuestas a la pregunta “¿alguna vez has fantaseado con ver a tu pareja tener relaciones sexuales con otra persona?” Más de la mitad de los hombres heterosexuales habían tenido dicha fantasía en comparación al 25% de las mujeres heterosexuales.
La infidelidad real y el engaño real muestran una diferencia de acuerdos porque la persona que lo haya llevado a cabo lo ha hecho a las espaldas de la pareja, lo cual supone una ruptura de ese ‘contrato’ de la relación. Este tipo de infidelidad no está consensuada y, por tanto, no hay excitación directa. Esto no quita que no pueda aparecer en el futuro pero lo ideal es plantearlo abiertamente y hablar con la otra persona para ver por dónde navegan las fantasías de cada unx y ver hasta dónde es posible llegar. Ponernos en contacto con nuestras fantasías sexuales, compartir esos deseos con nuestra pareja y, potencialmente, actuar sobre ellas cuando se acuerdan mutuamente, es algo que puede beneficiar a nuestras relaciones de muchas maneras.