Pongámonos en lo peor. Imaginemos que eres una de esas personas ultraentusiastas que no necesitan mucho tiempo con otra persona para declararle su amor de una manera u otra. En tu mente es puro romanticismo. Es valentía. Es no tener miedo a la vulnerabilidad propia. Es un acto de compromiso y de honestidad en un mundo que padece una alergia crónica a ambas cualidades. Si lo sientes a los dos meses, lo dices a los dos meses. Si lo sientes a las tres semanas, lo dices a las tres semanas. Y si lo sientes en la primera cita, si experimentas ese flechazo que te convence de que esa persona es la persona con solo verla una vez, lo dices en la primera cita. Te lanzas a la piscina con la ropa puesta.
Para la psicóloga Silvia Congost, y como cuenta en uno de los últimos capítulos de Upeka, no hay nada romántico ni celebrable en la práctica de la promiscuidad del te quiero. En sus propias palabras, “tú le puedes decir te quiero a la otra persona el primer mes, pero no le quieres porque no le conoces y el amor es algo que surge y se va construyendo al ir compartiendo y al ir adentrándote en esa relación con esa persona”. Es deseo sexual. Es deseo reproductivo inconsciente. Es obsesión. Es ansia por encontrar a la persona perfecta. Es todo eso y mucho más, pero en ningún caso puede ser amor. Sin conocimiento no puede darse este sentimiento tan profundo y ramificado.
Así que no: decir te quiero a las primeras de cambio, cuando aún no habías tenido la oportunidad de conoceros en todas vuestras expresiones y en todos vuestros contextos, no es una buena idea. De hecho, Silvia Congost cuenta en ese mismo episodio cómo una paciente recibió un veo clarísimo que quiero que seas la madre de mis hijos durante la primera cita. “Y yo le dije: ¿no te levantaste y te fuiste cagando leches de ahí? Porque eso es una red flag como la copa de un pino”. Al fin y al cabo, denota falta de madurez, de autoconocimiento, de experiencia y, en ocasiones, de ganas de manipular emocionalmente. Este tipo de sobrepasión suele terminar en toxicidad por todos lados.
Entonces, ¿cuál es mejor momento para decir te quiero? Pues cuando hayáis transitado diferentes estados de ánimo juntxs, cuando hayáis ido a la esencia de lo que sois y cuando hayáis descubierto todo lo que apreciáis y rechazáis de la otra persona. Como dicen en Trendencias, “el amor en una relación llega cuando realmente esa persona te gusta, encaja en tu vida, es idónea para tus planes de futuro y sientes que sabes cómo es al 100%”. Si no habéis experimentado el aburrimiento juntxs, si no habéis chocado, si no habéis llegado hasta el fondo, no es amor en condiciones todavía. Y no pasa nada. Irá construyéndose si tiene que construirse. Lo demás es pura enajenación hormonal.